Cosas buenas, que parecen malas [ESP/ENG]

Una vez alguien me dijo “no hagas cosas buenas que parezcan malas”, debí hacerle caso. Como si lo que me hubiera pasado en el último mes no fuera suficiente (aún no puedo siquiera expresarlo), esta vez un error propio terminó por hacerme pasar un mal rato hoy. Salseo amigos, mucho salseo, pónganse cómodos para leer está triste historia.

En la empresa para la cual trabajo es un delito pedir una constancia de trabajo. Pero, corría el mes de septiembre del año pasado y yo, que la verdad es que no tengo ni una pizca de malicia, decidí darle la mano a alguien a quien muchas veces había ayudado en la empresa. Un banco que ahora creo es ficticio, le iba a otorgar un préstamo que él iba a destinar para comprar una casa, aquello me dejo maravillado. Sé cuánto valor tiene hacerse de un hogar hoy en día, por eso no dude (bajo mi propio riesgo) en hacerle una constancia laboral que el dueño de la empresa nunca aprobó.

No yo estaba por saber, que meses después a este señor lo iban a despedir de manera injusta de la empresa; un hecho que yo mismo definí como un atropello que podríamos sufrir cualquiera de los que hacíamos vida en aquella empresa. Lejos, estaba yo de pensar, que un pleito laboral me terminaría costando el puesto. Ese mismo individuo al que tantas veces ayude con problemas de tipo familiar que no vale la pena mencionar aquí, me escribió hace unas semanas para decirme que iba a demandar a la compañía ante Ministerio del Trabajo. A mí no me pareció algo fuera de lugar, pero ni siquiera imaginé que lo que estaba aseverando era que podía usar esa constancia laboral que un día le hice, para hacer constar que ganaba más que un sueldo mínimo.

Mi sorpresa es que días después me escribe para decirme que “no importaba quien saliera perjudicado, él iba a presentar esa constancia que yo le había hecho”. Aquello me dejó perplejo, porque, aunque no era una persona que quizás estuviera en mis cumpleaños o un amigo íntimo al cual le contara secretos, yo le profesaba un gran cariño, porque me parecía una persona trabajadora luchando por el futuro de su hijo. Pero, ahora que todo ha salido a la luz sin ninguna excusa y antes de que mi jefe, a quien conozco, explotara y no me dejara explicar mi versión de los hechos, decidí terminar mi relación laboral.

No lo hice huyendo, creo que todavía tengo y debo exponer una explicación, pero no quisiera regresar. Y no porque sienta que yo de alguna manera defraude la confianza de alguien, más bien porque para mí existen muchas cosas que son más valiosas que mantener un puesto o no: mis principios son irrenunciables. Sé que hice mal redactando esa constancia que no sellé ni tampoco firmé, pero puse mi nombre en ella. Grave error, pero no pretendo excusarme. Cometí un error, aunque no hubiera querido que terminara así, nada hago exponiendo excusas. Sé muy bien que no tenía la facultad de firmar una constancia y que no tiene ninguna validez legal. Lo que me trae hoy aquí es lo ruin que a veces pueden ser algunos.

Me queda mucho por aprender, puedo ser preparado, ser un profesional de primera y muy solidario, pero me falta maldad. Fui muy inocente. Le insistí a esta persona que no presentara esa constancia porque me perjudicaría, pero fue indolente, evasivo y vil. A decir verdad, me sorprendió su incapacidad de velar por nuestra amistad, creo que él está herido. Yo terminé pagando su molestia con el dueño de la empresa. Pero, no soy una víctima, no podemos ir por la vida haciendo cosas que podrían traernos consecuencias, solo porque queremos ayudar a otros.

La lección que aprendí hoy es que no todos son tus amigos. Que no todos merecen tu amistad, tu respaldo y tu ayuda. Que, aunque donde trabajo tratan a la gente como basura, nunca permitiré (ni he permitido) que nadie me trate mal, ni siquiera si cometí un error. Asumo las consecuencias de mis actos como siempre lo he hecho, estuvo mal hacerlo, pido disculpas y asumo las consecuencias. Pero, tampoco podemos despedir a la gente y tratarlos como mercancía, por más dinero que tengan quienes nos emplean y luego pretender que no habrá consecuencias. A mí nadie me trata mal, por eso hoy me despedí de mis compañeros y decidí cerrar ese ciclo, aunque mi jefe no me dejó explicarle lo sucedido, no me sorprendió.

Me siento un poco mal, pero también estoy entusiasmado, porque Dios sabe mis razones y eso me reconforta. Sé que quizás no merezco lo que me está pasando, pero tampoco siento negación. Siento que puedo aprender de esta situación. Alguien hoy me dijo que “la gente a veces piensa que uno pierde ante determinada situación, pero en realidad, uno siempre gana y se enriquece de experiencia”. Yo sé que es verdad y también sé que me vienen cosas mejores. Aprender de los errores, pasar la página y “no hacer cosas buenas que parezcan malas”, nunca más. Anotado.

Someone once told me "don't do good things that look bad", I should have listened to him. As if what happened to me in the last month wasn't enough (I still can't even express it), this time a mistake of my own ended up giving me a hard time today. Salseo friends, a lot of salseo, make yourselves comfortable to read this sad story.

In the company I work for, it is a crime to ask for a work certificate. But, it was September of last year and I, who to tell the truth is that I don't have an ounce of malice, decided to shake hands with someone I had helped many times in the company. A bank, which I now believe is fictitious, was going to give him a loan that he was going to use to buy a house, and I was amazed. I know how valuable it is to own a home nowadays, so I did not hesitate (at my own risk) to give him a work certificate that the owner of the company never approved.

I was not about to know that months later this gentleman would be unfairly fired from the company; a fact that I myself defined as an outrage that any of us who made a living in that company could suffer. I was far from thinking that a labor lawsuit would end up costing me my job. That same individual whom I had helped so many times with family problems that are not worth mentioning here, wrote me a few weeks ago to tell me that he was going to sue the company before the Ministry of Labor. It did not seem out of place to me, but I did not even imagine that what he was asserting was that he could use that labor record that I had made for him one day, to prove that he earned more than minimum wage.

My surprise was that a few days later he wrote me to tell me that "no matter who was harmed, he was going to present the proof that I had made for him". That left me perplexed, because, although he was not a person who might be at my birthdays or a close friend to whom I would tell secrets, I was very fond of him, because he seemed to me a hard-working person fighting for his son's future. But, now that everything has come to light without any excuse and before my boss, whom I know, exploded and did not let me explain my version of events, I decided to end my working relationship.

I didn't do it running away, I think I still have and must expose an explanation, but I wouldn't want to go back. And not because I feel that I somehow defrauded someone's trust, but rather because for me there are many things that are more valuable than keeping a job or not: my principles are inalienable. I know that I made a mistake in writing that record, which I did not seal or sign, but I put my name on it. It was a serious mistake, but I do not intend to make excuses. I made a mistake, although I would not have wanted it to end like that, I do nothing by making excuses. I know very well that I did not have the power to sign a certificate and that it has no legal validity. What brings me here today is how mean some people can be at times.

I still have a lot to learn, I can be prepared, I can be a first class professional and very supportive, but I lack wickedness. I was very innocent. I insisted to this person that he should not present this record because it would harm me, but he was indolent, evasive and vile. To tell the truth, I was surprised by his inability to look after our friendship, I think he is hurt. I ended up paying for his annoyance with the owner of the company. But, I am not a victim, we cannot go through life doing things that could bring us consequences, just because we want to help others.

The lesson I learned today is that not everyone is your friend. That not everyone deserves your friendship, your support and your help. That, even though where I work they treat people like dirt, I will never allow (and have never allowed) anyone to treat me badly, even if I made a mistake. I take the consequences of my actions as I have always done, it was wrong to do it, I apologize and take the consequences. But, neither can we fire people and treat them as merchandise, no matter how much money those who employ us have, and then pretend that there will be no consequences. Nobody treats me badly, so today I said goodbye to my colleagues and decided to close that cycle, although my boss did not let me explain what happened, I was not surprised.

I feel a little bad, but I am also excited, because God knows my reasons and that comforts me. I know that maybe I don't deserve what is happening to me, but I don't feel denial either. I feel that I can learn from this situation. Someone told me today that "people sometimes think that you lose in a certain situation, but in reality, you always win and are enriched by the experience". I know this is true and I also know that better things are ahead of me. Learn from mistakes, turn the page and "don't do good things that look bad", ever again. Noted.