Aún recuerdo mi primer día de postgrado, venía con mucho miedo e inseguridad, me sentía sola porque no conocía a nadie, estaba como muy fuera de mi zona de confort, pero llena de una inmensa alegría y ganas de trabajar, que la María de hoy en día envidiaría muchísimo. Han pasado 2 años y alguito más desde ese día, y wow… cuando hechas la película para atrás, tú te preguntas ¿Cómo llegué yo hasta aquí?
Aún recuerdo el primer día que vi a mis residentes de tercer nivel (R3) era como wow, qué increíble lo mucho que saben, qué increíble la soltura que tienen al presentar su paciente en la revista médica, me parecía increíble cuando yo no tenía ni idea de cómo ensamblar todos los síntomas de un paciente y dar un diagnóstico, como era para ellos tan fácil darte una conducta. Me preguntaba en qué punto del postgrado yo sería igual, y justo entonces me prometí que en el futuro me gustaría que mis residentes de años inferiores me viera del mismo modo en el que yo lo hacía con mis R3.
Ahora que el tiempo pasó, y yo soy la residente de tercer nivel, Dios mío que fácil hacían ellos que se viera la vida del R3. No mal interpreten mis palabras, en cuestión de carga laboral si disminuye un poco el trabajo que debes hacer, pero la responsabilidad es mucho mayor, primero porque se supone que tú siendo la máxima jerarquía eres quien tiene mayor experiencia y por ende mayor conocimiento, tu deber es guiar a los residentes de menor jerarquía, y enseñarlos poco a poco, decisiones que se toman sin tu responsabilidad, las conductas se te preguntan a ti, y ese preciso momento es en el que más dudas decisiones ti, no importa que tanto sepas algo sobre un tema, uno siempre tiende a dudar de sí mismo, y es donde caes en las comparaciones. Creo que esa es una de las cosas más que más me ha costado manejar no solo como R3, si no cada que asciendo un escalón en esta carrera.
Como dicen por allí, la práctica hace al maestro, y poco a poco uno va tomando seguridad en sí mismo. Evidentemente hoy por hoy, no soy ni la más minimalista sombra de la María José que inició la carrera de medicina, mucho menos la que fue a rural, muchísimo menos esa Residente de primer nivel que un día solo con ser esa residente estrella, y aunque ni yo ni nadie es totalmente perfecto, me siento a gusto con mi imperfección, y con lo poquito que he ido construyendo de mí yo del futuro.
En fin, esta es mi reflexión del día, espero que la disfruten, y que me den su opinión al respecto. Creo que lo que más valoro de esta nueva etapa es que tengo un poco más de tiempo libre, para narrarle mis aventuras y desventuras nosocomiales, porque como extrañaba sentarme a redactarles este tipo de publicaciones. Por los momentos me despido, nos vemos en la siguiente publicación.
Nota importantE: Todas las fotos son de mi propiedad, tomadas con mi dispositivo móvil modelo IPhone 12
LifestyleSaludos @marijo-rm, si bien está publicación habla de tu experiencia como residente de pediatría, es un estilo de vida. Por lo tanto te invitamos una vez más, a tus futuras publicaciones sobre este tema, hacerlas en nuestra comunidad amiga