Cumplo un año emprendiendo y esto es lo que hice mal

¡Hola a todos! Este 3 de mayo mi emprendimiento Kapi Academia cumple un año en el aire y esto es un poco de lo que aprendí. Sé que no todos los casos son iguales y estoy seguro que muchos de ustedes han sorteado otros problemas, así que les agradezco me lo dejen en los comentarios.

Condenado por un nicho

Desde hace muchos años estoy en el mundo de las rede sociales y la creación de contenido. Como estudié periodismo, tengo cierta afinidad con estos campos y he tratado de vivir prácticamente de ello.

El año pasado, ante una nueva actualización de Telegram que integraba pasarelas de pago, me di cuenta de lo bien que se me daba ese entorno y cómo muchos de mis amigos me buscaban para darles consejos sobre la plataforma.

Entonces decidí que quizás lanzarme a un emprendimiento educativo sobre Telegram podría darme resultado, sobre todo porque no conozco ningún sitio que se dedique por entero a darle una visión a Telegram desde el marketing.

Hasta el momento mis ingresos solo por Telegram y los contenidos a su alrededor no ha sido el esperado, aunque lanzar mi “academia” me ha hecho un sitio entre algunos emprendedores cubanos y de Latinoamérica.

El grueso de mis ingresos como emprendedor han venido de las redes sociales: creación de estrategias, curación de contenido, asesorías, copywriting, redacción SEO y organización de eventos virtuales. Nadie me ha pedido exclusivamente los servicios de Telegram, pero brindarlos atrae a las personas que luego concretan la compra.

Asimismo, no suelen ser usuarios de la plataforma. Por tanto, vienen con curiosidad, pero sin conocer todo el potencial. Ahí entra nuestro papel para educarlos y enseñarles todo lo que pueden hacer de manera gratuita.

En resumen, mi público meta “emprendedores que quieran darle un uso comercial a Telegram” podría ser tan micronicho que no aporta muchos clientes. Además, dentro de Cuba la plataforma goza de mucha popularidad, pero fuera suelen tildarla como una app rusa que es muy complicada, “cuando ya tenemos WhatsApp que hace lo mismo”.

Me falta constancia

Debo aceptarlo. No he tenido la constancia suficiente para sostener el proyecto. Mis otros trabajos ocupan espacios de tiempo muy irregulares. A veces pueden ser intensos y otras flojos. El periodismo es así: tiene sus épocas.

Hice la matemática. En un contexto de inflación y crisis a veces los sueños hay que pausarlos o reorientarlos. Me tocó bajarle la intensidad a mi emprendimiento y me tocó ceder.

De todo esto la enseñanza es quizás enfocarme en las cosas que me importan y organizarme mejor. Por ejemplo, en diciembre dejé todos los contenidos del mes listos y en automático. No siempre puedo garantizar eso.

Diversificar sin perder la esencia

Quizás me pasó factura el querer encontrar otros nichos con la misma marca en distintas plataformas. En Instagram el contenido sobre Telegram apenas tenía resultado, mientras que el de marketing y otras redes era exitoso.

El resultado fue que cuando publicaba sobre Telegram en la plataforma de Facebook, los posts apenas tenían alcance; y cuando ponía un reel o un carrusel sobre Instagram, los seguidores del canal en Telegram se iban o no lo acogían con tanta emoción.

Este se ha convertido en un quebradero de cabeza en los últimos meses, a tal punto que he puesto en pausa el trabajo. Aún me contactan emprendedores y clientes para nuevas asignaciones, pero me sabe mal no crecer orgánicamente y seguir brindando servicios que prometen crecimiento.

##Síndrome del impostor
Aún cuando tengo campañas que han salido bien, algunas personas me hacen preguntas, monté un sitio web y tengo posts que se consultan miles de veces todos los días, me sigue pareciendo un crimen cobrarle a alguien por un servicio.

Es muy común que los emprendedores principiantes nos sintamos así. ¿Si hay mejores que yo en el mercado, si hay mucha información en internet, por qué cobrar por algo que podría resolver en Google?

A estas alturas he aprendido que mucha gente paga para ahorrar tiempo y poner sus problemas en manos de alguien con experiencia. Lo que pasa es que, en el momento de la verdad, vuelve el miedo: ¿seré la persona indicada para ayudarle?

Conclusiones

Tal vez deba ser honesto y ampliar el espectro, sin perder el contenido de Telegram que es el menos abundante. Quizás si pido ayuda a mi alrededor, converso con otros emprendedores y me capacito más para mejorar podría seguir adelante.
¿Ustedes qué creen? Espero compartan conmigo algunas de sus experiencias y gracias de antemano.