Ser Persona. Ser Humano[ES]
Hace años atrás, para mí, salir de la casa e ir a la calle representaba algo más importante de lo que es ahora.
Al salir, saludaba a la señora María, la de la venta de empanadas, le preguntabas por su hijo enfermo, por cómo seguía; luego de comprar el desayuno, y antes de llegar a la avenida, me encontraba con el Señor Paco, el mismo que vende juegos de loterías y perdió una pierna en un accidente, lo saludabas y él le mandaba saludos a tu familia.
Siempre en la esquina, estaba la muy querida Señora Rita, que ya está muy viejita y casi no ve, a veces cruza dos veces la misma calle sin haber hecho el mandado por el que salió en primera instancia.
Aún no llegaba a la parada a tomar el bus, cuando me encontraba de frente a una señora con sus dos hijos rumbo al colegio, y el hecho de dar los buenos días y cederle permiso para que tomara posesión de la acera con sus menores hijos era la costumbre, el buen hábito del buen ciudadano de mi país.
Un país donde siempre reinó el respeto, la buena actitud, la buena vibra, sonreírle al otro al caminar.
Desde hace unos años para acá, se ve con desesperanza cómo ha cambiado tal situación. Ahora, salir de la calle implica un enorme riesgo en todos los sentidos.
Quizás es la inseguridad, la que nos hace caminar rápido hasta la parada, sin mirar para los lados, sin saludar a nadie, sin dar las horas. Quizás es el estrés, vivimos en una ciudad rápida, dinámica, cambiante. Cada vez somos más los que ya no nos saludamos, no nos vemos, nos evitamos, y no se trata de trauma post traumático por la pandemia, no, se trata de que estamos en la jungla de concreto, donde se respira y se sabe que hay que sobrevivir por encima de los demás.
Vamos, venimos y vivimos con mala cara. Con cara de enojados. Quizás para aparentar que somos rudos, que somos fuertes, que no tenemos ni un centavo encima y así, pasar desapercibidos ante los malandros. Si tropezamos a alguien en la calle, no pedimos disculpas ¿Para qué? Eso es ahora un signo de debilidad, incluso, se pueden hasta burlar de ti. Pero si tropiezas a quién no debías, quizá no la cuentes, quizá llegues hasta ahí.
Caminamos y creemos que por darle una limosna a la ciega de la esquina tenemos el cielo ganado. Creemos que por ir cada domingo a misa tenemos a Dios amarrado. (Sea cual sea tu percepción o creencia de Dios) Cuando bien, podríamos sumar la caridad diaria a nuestro diario personal de ser mejores personas cada día: mejores hombres y mujeres, mejores ciudadanos, mejores personas… mejores seres humanos.
No se trata de si se han perdido los valores, de que si agotamos nuestro sentido común, de que si nos conocemos o no. La invitación está abierta a vivir en una sociedad condescendiente, afable, digna. Una sociedad donde dar los buenos días es la moda. Donde ayudar al prójimo, más que cumplir con tu cuota en la parcela celestial, te hace sentir bien, mejor y más útil. Donde colaborar con el necesitado, ceder el puesto en el transporte público, ceder el paso a las ambulancias y ser más educado en el tráfico, te hacen sentir bien, mejor y más útil. Donde ser cortés, prevalezca. Donde “Ser Humanos” valga más que ser personas.
Seamos, entonces, responsables por el entorno donde vivimos y nos desarrollamos. Tenemos en nuestras manos el poder de vivir en un lugar mejor, haciendo el cambio día a día. Todos los granitos de arena cuentan para dibujar un gran Médano. ****No es difícil, se trata de ti. **
Dime ¿Qué puedes hacer hoy por ti, por mí, por tu país?
Being a Person. Being a Human[EN]
Years ago, for me, leaving the house and going to the street represented something more important than it is now.
On leaving, I greeted Mrs. Maria, the one from the empanadas sale, you asked her about her sick son, how he’s been feeling; after buying breakfast, and before reaching the avenue, I met Mr. Paco, which sells lottery games and lost a leg in an accident, you said hello and he sent his regards to your family.
Always in the corner, there was the very dear Lady Rita, who is already very old and hardly sees, sometimes she crosses the same street twice without having done the command by which she left in the first instance. I still didn’t get to the bus stop, when I was in front of a lady with her two children on the way to school, and to say good morning and give her permission to take possession of the sidewalk with her younger children was the custom, the good habit of the good citizen of my country.
A country where respect always reigned, good attitude, good vibes, smiling at each other when walking.
For a few years now, we have seen with despair how this situation has changed. Now, getting off the street is a huge risk in every way. Perhaps it is insecurity that makes us walk quickly to the bus stop, without looking sideways, without greeting anyone, without giving the hours.
Maybe it’s stress, we live in a fast, dynamic, changing city. More and more of us no longer greet each other, we do not see each other, we avoid each other, and this is not post-traumatic trauma due to the pandemic, no,it is a question of us being in the concrete jungle, where we breathe and we know that we have to survive above others.
We go, we come and live with a bad face. With angry face. Maybe to pretend that we’re tough, that we’re strong, that we don’t have a penny on us and so, go unnoticed by the miscreants. If we bump into someone on the street, we don’t apologize for what? That’s now a sign of weakness, even, they can even mock you. But if you stumble on who you shouldn’t, maybe don’t count it, maybe you’ll get there.
We walk and believe that by giving alms to the blind of the corner we have the sky won. We believe that by going to Church every Sunday we have God bound. (Whatever your perception or belief of God) When well, we could add daily charity to our personal diary of being better people every day: better men and women, better citizens, better people... best human beings.
It is not a question of losing values, of exhausting our common sense, of whether we know each other or not. The invitation is open to living in a condescending, affable, dignified society. A society where saying good morning is fashion. Where helping others, rather than fulfilling your quota in the heavenly plot, makes you feel good, better and more useful. Where to collaborate with the needy, give up the position in public transport, give way to ambulances and be more educated in traffic, make you feel good, better and more useful. Where being courteous prevails. Where "Being Human" is worth more than being people.
Let us therefore be responsible for the environment in which we live and develop. We have in our hands the power to live in a better place, making change day by day. All the grains of sand count to draw a great Dune. It’s not difficult, it’s about you.
Tell me, What can you do today for you, for me, for your country?
User @helenameza