POEMA, AUNQUE TU NO LO SEPAS.

in Aliento3 years ago

¡Aunque tú no lo sepas!.

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Fresca mañana de primavera, el sol radiante te envuelve y hace brillar tu sonrisa, tus cabellos juegan con el viento mientras él se escurre entre ellos, tu blanca piel se siente caliente y suave con su brillo, y tus ojos, como la miel, se sienten dulces y espesos, manjar de Dioses.

Días después te encuentro nuevamente, ¿será casualidad?, o ¿será destino?, no importa, escucho tu timbre de voz, melodía perfecta que anima el palpitar de mis venas, que hace que mis oídos se estremezcan de emociones varias, llevo grabado en mi mente tu voz viva.

Pasa el tiempo, día a día, busco nuevamente la plaza donde te vi pasar, esa fuente donde encontré el arte visual de verte por vez primavera, busco el puesto de café, donde escuché tu plácida voz dando gracias con una sonrisa tan encantadora, la cual recuerdo como si acabara de escuchar.

En mis días y noches, no hago más que recordarte, pero, es que ni siquiera sé tu nombre, no sé si te volveré a ver, quizás algún día te pueda nuevamente encontrar, para poderme deleitar con ese brillo particular que emana de ti cada vez que el sol te vuelve a acariciar.

Una tarde fresca, iniciando el verano, caminando con retraso apuro mi paso, al llegar a la esquina sin darme cuenta tropiezo y hago caer a una dama, avergonzado por mi descuido, le tomo de los brazos y me disculpo por el insulto de haber provocado su desatino.

Al ver su rostro quedé sorprendido, cuando un rayo de sol iluminó sus ojos y fue cuando saboreé, el color miel de sus iris rodeando sus pupilas, mis manos temblaban, de nervios, de emoción, y mi corazón casi explota en mi pecho cuando con su blanca sonrisa me dirige una palabra, gracias.

Gracias a la vida por regalarme este momento de cercanía, con la dama de mis sueños, en mi torpeza no la soltaba y ella nuevamente me invade con un gracias, mientras se aferraba a mis torpes brazos, con tartamudeos me disculpé mil veces, ella con su sonrisa agradeció mi atención.

La acompañé cada tarde, desde la esquina hasta su destino, sin mostrarme, solo, en la distancia, sin presentarme, pero cuidando sus pasos, para que segura llegara, una mezcla de sentimientos se hacía presente, cada vez que la observaba.

Hasta que una tarde, sin aviso alguno, mientras la buscaba, me sentí observado, no la veía, se perdía mi mirada, mi corazón se aceleraba, sin motivos, una respiración entrecortada, se me nubla la mente, mis piernas no me sostienen, me desplomo.

Al despertar, escucho una melodía hermosa, una voz conocida, diciendo mi nombre, al abrir los ojos, la veo, esa misma dama, la de los ojos de pura miel, la de la sonrisa blanca e irradiante, me llama, dice mi nombre, ¿pero Cómo?, ¿Dónde estoy?, no se preocupe, está a salvo.

Se desmayó, pero yo estaba detrás de ud, logré sostenerlo, desde hace tiempo sé que ud me sigue, pero no veo maldad en su ser, más bien ternura y seguridad, por eso dejaba que me siguiera, que me observara, pero ahora soy yo la que lo sigue a ud. Para poder corresponder.

Jamás lo pensé y nunca lo esperé, el ser blanco de sus ojos, motivo de su voz, causante de su sonrisa, mi corazón se esperanzó, y más al escuchar, dispuesta estaba a acompañarme y cuidarme, “Aunque tú no lo sepas”, te llegué a amar.

Texto autoría de @fjjrg


Saludos a @marybellrg @albaandreina @sacra97 @lisfabian @marucha01 @nini08 @poeticuniverse

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Hermoso poema 😉

Un poema precioso, muchas felicidades y espero leerte mas a menudo. :-))

Muchas gracias amigo @apoloo1, escribiré más seguido mis obras por esta vía.
Saludos.