The value of the question

Where are you headed? - one of my teachers asked me a few years ago. He seemed to have read in my face traces of concern, frustration, perhaps despair? I never asked him.

Where are you going in life? What do you expect from it? - he asked me again. I looked at him, somewhat surprised, as if asking him with my eyes: -Are you talking to me? He seemed to understand quickly. -Yes, it is with you, he answered.

I don't know if he knew what was happening to me. He didn't talk to me about it. I didn't ask him either. I just listened to him for barely a minute. Perhaps the most important lesson of that day was that he invited me to question whether I was asking the right questions.

This is something that I have come to understand in my teaching practice. We will only find the right answers if we ask the right questions. So, this has been an issue that I've tried to work on, especially when things don't go as I expect.

Although I've also realized that this should be like training. Not only when the conditions in which we find ourselves do not go as we expect and we are in an unfavorable mood. But... what questions do I ask myself, you may ask.

One of the most important for me is almost always the first one I try to answer: - Where am I heading? For me it is essential because only by being clear about the destination you can maintain the route and protect it when the conditions are not the most favorable for it.

Of course, the answer to this question doesn't involve a physical place. It's more about how I want to be. About being clear about the ideal person I have set for myself. So, answering this question requires me to review my short, medium and long term goals.

It also involves taking stock of the qualities I need to get there. Of those I have and those I need to develop. To reach my ideal, it is necessary to maintain a balance between where I want to get to and the personal conditions that are essential for this.

Then, I try to answer myself: - What are my values? -. Determine the most important aspects for me. What are the things I value the most? Everything else revolves around them. In fact, they are an important part of my ideal.

With them clear, the ability to resolve my own conflicts increases. Conflict will always exist, it is clear to me. However, when faced with an ambiguous situation, I try to compare both possibilities and determine which one is aligned with what I value most.

On the other hand, I often also ask myself: -How open am I to acknowledge the truth of my reality? -. It is common for human beings to interpret "their reality" as "Reality". During this type of exercise I have found that I can hide some of my most uncomfortable truths from myself.

When I become aware of them, I acknowledge them and have learned to accept them in a condescending way. Treating myself this way is necessary because in order to maintain thoughts associated with self-confidence, to maintain a positive outlook on the world, etc., it is essential to accept my human side.

Human side which means that my history has brought me here, but it does not determine me. Every day I can rectify the route. We are active beings, we have the capacity to be better people every day. we just have to dare to take the step.

Therefore, I also like to reflect on: How much do my thoughts help me to achieve this ideal? In order to train ourselves to produce thoughts that drive us, we must first determine How am I thinking? We must also determine the validity of those thoughts that are not favorable enough for us.

To sum up, from the day my teacher asked me: Where are you headed? More than understanding the validity of that question, I have understood that asking myself questions like the ones I have mentioned are necessary for me to clarify where I am and where I am going.

Thankful for your company until the end, I leave you a friend's embrace.

Text translated to English by DeepLTranslate.

¿Hacia dónde te diriges? - Me preguntó uno de mis profesores hace unos años. Parecía haber leído en mi rostro rasgos de preocupación, frustración, ¿quizá desesperanza? Nunca le pregunté.

¿Hacia dónde vas en la vida? ¿Qué esperas de ella? - volvió a preguntarme. Le miré, algo sorprendido, como preguntándole con la mirada: -¿Está hablando conmigo?-. Pareció entenderlo rápido. -Sí, es contigo, contestó-.

No sé si sabía lo que me sucedía. No me habló de ello. Tampoco yo le pregunté. Me limité a escucharle por apenas un minuto. Quizá la enseñanza más importante de ese día fue que me invitara a cuestionarme si me estaba haciendo las preguntas correctas.

Es algo que a la postre, en la práctica docente he comprendido. Sólo encontraremos las respuestas adecuadas si hacemos las preguntas correctas. Entonces, este ha sido un tema en el que he tratado de trabajar, es especial cuando las cosas no van como espero.

Aunque también he comprendido que esto debe ser como un entrenamiento. No sólo cuando las condiciones en que nos encontramos no salen como esperamos y estamos con un estado anímico desfavorable. Pero… ¿qué preguntas me hago?, te preguntarás.

Uno de las más importante para mí, casi siempre es la primera que trato de contestar: - ¿Hacia dónde me dirijo? Para mí es esencial porque sólo teniendo claro el destino se puede mantener, la ruta y protegerla cuando las condiciones no son las más propicias para ello.

Por supuesto, la respuesta a esta pregunta no implica un lugar físico. Se trata más sobre como quiero ser. De tener claro el ideal de persona que me he establecido. Entonces, responder a esta pregunta requiere que repase mis metas a largo corto, mediano y largo plazo.

También implica hacer inventario de las cualidades que requiero para llegar allí. De las que tengo y de las que debo desarrollar. Para alcanzar mi ideal es necesario mantener el equilibrio entre el a dónde quiero llegar y las condiciones personales que son imprescindibles para ello.

Acto seguido, trato de responderme: - ¿Cuáles son mis valores? -. Determinar los aspectos más importantes para mí. ¿Cuáles son las cosas que más valoro? Alrededor de ellas gira todo lo demás. De hecho, ellas forman parte importante de mi ideal.

Con ellas bien claras, la capacidad para resolver mis propios conflictos aumenta. El conflicto siempre va a existir, lo tengo claro. Sin embargo, cuando enfrento una situación ambigua, trato de comparar ambas posibilidades y determinar cuál de ellas está alineada con lo que más valoro.

Por otro lado, suelo preguntarme también: - ¿Qué tan abierto estoy a reconocer a la verdad de mi realidad? -. Es común que el ser humano interprete “su realidad” como “La realidad”. Durante este tipo de ejercicio he encontrado que puedo esconder ante mí mismo algunas de mis verdades más incómodas.

Cuando me doy cuenta de ello, las reconozco y he aprendido a aceptarlas de modo condescendiente. Tratarme así es necesario porque para mantener pensamientos asociados a la confianza en uno mismo, a mantener una visión positiva respecto al mundo, etc. es imprescindible aceptar mi lado humano.

Lado humano que significa que mi historia me ha traído hasta aquí, pero no me determina. Cada día puedo rectificar la ruta. Somos seres activos tenemos la capacidad de ser mejores persona cada día. solo hay que atreverse a dar el paso.

Por tanto, también me gusta reflexionar sobre: ¿Qué tanto me ayudan mis pensamientos a conseguir ese ideal? Para entrenarnos en producir pensamientos que nos impulsen, primero hay que determinar ¿Cómo estoy pensado? También hay que determinar la validez de aquellos pensamientos que no son lo suficientemente favorable para nosotros.

Resumiendo, desde el día en que mi profesor me preguntó: ¿Hacia dónde te diriges? Más que entender la validez de esa pregunta, he comprendido que hacerme preguntas del tipo de las que te he mencionado me son necesarias para clarificar en dónde estoy y hacia dónde me dirijo.

Agradecido de tu compañía hasta el final, te dejo un abrazo de amigo.

Texto traducido al ingles por DeepLTranslate.