Hola gente de #Hive y #SWC, hoy quiero compartirles unas fotografías y, más allá de eso, un espacio para reflexionar juntos. Estas imágenes son de mi reciente viaje a Maracay, un lugar que siempre me llena de energía y buenos recuerdos, pero al revisarlas con calma, me encontré con algo más profundo: un llamado a mirar hacia adentro, a cuestionarme si estoy haciendo las cosas como realmente debería. Es curioso cómo, a veces, las victorias más grandes no siempre traen consigo un sentimiento de satisfacción plena. Lo digo porque, aunque mi desempeño en la Copa fue notable, me di cuenta de que mi entrenamiento no está a la altura de lo que aspiro ser. Hasta ahora, había caído en una zona de confort, ese espacio tentador que nos dice que está bien quedarnos donde estamos, pero que al mismo tiempo nos estanca. Y si algo he aprendido en este proceso es que el progreso no nace de la comodidad, sino del esfuerzo constante y deliberado. Fue necesario escuchar a mis compañeros, quienes con sus observaciones me recordaron algo esencial: entrenar no es simplemente repetir lo que ya dominas, sino buscar siempre ese límite donde sabes que puedes dar más. La comodidad es el enemigo silencioso del crecimiento, y reconocer esto me llevó a replantear mis objetivos, a entender que cada sesión debe ser un desafío real, una batalla contra la inercia y la mediocridad. Si estás leyendo esto y sientes que también estás cómodo, te invito a preguntarte si eso es lo que realmente quieres. El entrenamiento, al igual que la vida, es una constante superación de uno mismo. Así que hoy me comprometo a exigirme más, a no conformarme, y espero que este pequeño momento de reflexión les sirva para hacer lo mismo. Gracias por estar aquí, por leer, y por ser parte de este camino. Nos vemos pronto.
Hello #Hive and #SWC people, today I want to share with you some pictures and, beyond that, a space to reflect together. These images are from my recent trip to Maracay, a place that always fills me with energy and good memories, but upon reviewing them calmly, I came across something deeper: a call to look inward, to question myself if I'm doing things as I really should. It's funny how, sometimes, the biggest victories don't always bring with them a feeling of full satisfaction. I say this because, although my performance at the Cup was remarkable, I realized that my training is not up to par with what I aspire to be. Until now, I had fallen into a comfort zone, that tempting space that tells us it's okay to stay where we are, but at the same time stagnates us. And if I have learned anything in this process, it is that progress does not come from comfort, but from constant and deliberate effort. It was necessary to listen to my colleagues, who with their observations reminded me of something essential: training is not simply repeating what you have already mastered, but always looking for that limit where you know you can give more. Comfort is the silent enemy of growth, and recognizing this led me to rethink my goals, to understand that each session must be a real challenge, a battle against inertia and mediocrity. If you're reading this and you feel like you're comfortable too, I invite you to ask yourself if that's what you really want. Training, like life, is a constant self-improvement. So today I pledge to demand more of myself, to not settle, and I hope this little moment of reflection will serve you to do the same. Thank you for being here, for reading, and for being part of this journey. See you soon.
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