Hoy dediqué mi entrenamiento a perfeccionar mi estilo libre. Después de un calentamiento intenso y de poner música para entrar en ritmo, comencé mi sesión. Mi objetivo principal era refinar los trucos que ya dominaba, como el 360, 540 y tornado 360, así como el 360 con agarre mixto y la bailarina. Estos ejercicios requieren una combinación precisa de fuerza, equilibrio y coordinación, y la práctica constante es fundamental para mejorar la fluidez y la estética de los movimientos. Me concentré especialmente en la limpieza de los giros. Buscaba eliminar cualquier movimiento innecesario y lograr una transición más suave entre un truco y otro. La repetición es clave para automatizar los movimientos y reducir el riesgo de lesiones. A medida que avanzaba en la sesión, sentía cómo mi cuerpo se adaptaba y mis trucos se volvían más precisos. Con la confianza renovada, decidí intentar un nuevo truco que había estado practicando en los últimos días.Aunque aún no conocía su nombre, me sentía atraído por su complejidad y estética. Lamentablemente, durante uno de los intentos, perdí el equilibrio y caí sobre mi mano derecha, lo que me obligó a interrumpir la sesión. A pesar del pequeño contratiempo, estoy satisfecho con el progreso que he logrado hoy. El freestyle es un proceso de aprendizaje continuo, y las caídas son parte inevitable del camino. Lo importante es levantarse, analizar los errores y volver a intentarlo. Con paciencia y dedicación, estoy seguro de que podré dominar este nuevo truco y seguir mejorando mi estilo libre. La calistenia es una disciplina que me apasiona y me permite expresar mi creatividad a través del movimiento corporal.