Loves that leave [SPA/ENG]

Spanish:

Amores que Marcan

En el vasto jardín de mi memoria, florecen una serie de amores que, aunque ahora se ven a través de un ligero velo de nostalgia, siguen siendo parte intrínseca de quien soy. Cada uno de ellos dejó una huella, un eco de risas compartidas y miradas furtivas que, con el tiempo, se diluyen en la bruma del pasado. A veces, me encuentro perdida en esos días soleados, donde todo parecía posible, y la dulzura de cada momento se entrelazaba con la promesa de un futuro brillante.

Es curioso cómo, cuanto más recuerdo, más me doy cuenta de que mi corazón siempre se agrandaba a la hora de hablar de esos amores. Me llenaba de emoción, como si los retazos de su ser aún latieran en mí. Sin embargo, es inevitable reconocer que no todos esos momentos estuvieron marcados por la felicidad. Si bien en mis recuerdos prevalecen las sonrisas, también hay sombras que se escabullen entre las risas. Eran tiempos de juventud, donde el amor era una mezcla inocente de sueños y decepciones.

A menudo me asomo al espejo de mis relaciones pasadas y veo a una chica ingenua, con una fe ciega en que el amor siempre ganaría, que las intenciones eran puras y que el mundo era un lugar amable. Sin embargo, con cada experiencia, comprendí que el amor verdadero requiere de algo más que buenos deseos. A medida que la vida avanza, se nos otorgan nuevas herramientas para desenmascarar el verdadero rostro de quienes nos rodean. Aprendí a mirar más allá de las palabras bonitas y a captar los silencios, los gestos inadvertidos que hablan más que mil promesas vacías.

Hoy, esa joven sigue viviendo en mí, pero ha crecido. Ha aprendido a discernir la luz de la oscuridad y a entender que hay amores que llegan por una estación y otros que parecen eternos, aunque no lo sean. La vida me ha enseñado que cada amor fue una lección disfrazada de alegría; cada despedida, un capítulo necesario para escribir mi historia. Las cicatrices que quedan son testigos de mi valentía, de mi capacidad para amar a pesar de los miedos y las imperfecciones.

Aún así, no quiero renunciar a la esperanza. Esta búsqueda por el amor verdadero nunca se desvanecerá. Hay una chispa en mi interior que aún cree en los finales felices, que aspira a encontrar ese alguien que comprenda las complejidades de mi ser. Que sepa bailar bajo la lluvia de mis lágrimas y reír bajo el sol de mis alegrías. Porque, aunque el pasado esté teñido de nostalgia, el futuro aún guarda sorpresas.

Y así como las estaciones cambian, también lo hace el amor. Tengo la certeza de que, un día, encontraré a alguien que no solo capture mis sueños, sino que también honre mis batallas. Mientras tanto, seguiré navegando por este océano de recuerdos, abrazando aquellos momentos que me moldearon, sabiendo que cada uno de ellos, incluso los menos bonitos, han contribuido a hacerme quien soy hoy: una soñadora eterna, lista para aprender, amar y volver a empezar.

P.D. Todas las fotos fueron tomas por mí.

English:

Loves that leave:

In the vast garden of my memory, a series of loves bloom that, although now seen through a light veil of nostalgia, continue to be an intrinsic part of who I am. Each of them left an imprint, an echo of shared laughter and furtive glances that, over time, fade into the mist of the past. Sometimes, I find myself lost in those sunny days, where everything seemed possible, and the sweetness of each moment was intertwined with the promise of a bright future.

It's funny how, the more I remember, the more I realize that my heart was always enlarged when it came to talking about those loves. I was filled with emotion, as if the remnants of his being still beat in me. However, it is inevitable to recognize that not all those moments were marked by happiness. Although smiles prevail in my memories, there are also shadows that slip through the laughter. Those were times of youth, where love was an innocent mixture of dreams and disappointments.

I often look in the mirror of my past relationships and see a naïve girl, with blind faith that love would always win, that intentions were pure and that the world was a kind place. However, with each experience, I came to understand that true love requires more than wishful thinking. As life progresses, we are given new tools to unmask the true face of those around us. I learned to look beyond the pretty words and to grasp the silences, the unnoticed gestures that speak louder than a thousand empty promises.

Today, that young woman still lives in me, but she has grown up. She has learned to discern light from darkness and to understand that there are loves that come for a season and others that seem eternal, even if they are not. Life has taught me that every love was a lesson disguised as joy; every goodbye, a necessary chapter to write my story. The scars that remain are witnesses to my courage, to my ability to love despite fears and imperfections.

Still, I don't want to give up hope. This search for true love will never fade. There is a spark inside me that still believes in happy endings, that aspires to find that someone who understands the complexities of my being. Who knows how to dance in the rain of my tears and laugh in the sunshine of my joys. Because, although the past is tinged with nostalgia, the future still holds surprises.

And just as the seasons change, so does love. I am certain that, one day, I will find someone who not only captures my dreams, but also honors my battles. In the meantime, I will continue to sail this ocean of memories, embracing those moments that shaped me, knowing that each of them, even the less beautiful ones, have contributed to make me who I am today: an eternal dreamer, ready to learn, to love and to start again.

P.S. All photos were taken by me.