En ocasiones la vida nos juega malas pasadas nos encariñamos con personas, con animales incluso con cosas. El valor de todo esto radica en las acciones y los recuerdos que te proporcionan, pero uno no debe dejarse llevar por el frenesí del momento.
Ayer fue un día complicado he perdido a mi cachorro, Toretto era un perrito que recién había adoptado en mi familia y al cuál le estaba dando todo el cariño y atención que su anterior dueño no le supo dar, lastimosamente perdió la batalla, ayer me enteré con un simple SMS , que era una verdad sin tacto , cruda y concisa, en el momento menos indicado.
Estuve down toda la tarde, el maquillaje con el que había cubierto mi cara para poder asistir a la universidad y cubrir esas ojeras de trasnochar fue retirado por una toallita húmeda que me brindó una compañera al ver correr de mis ojos lágrimas de impotencia.
Al regresar de la universidad, llamé a Ahmed, quien al salir del trabajo estuvo escuchandome y apoyándome, me compró hasta un dulce...y yo no sé si es el efecto del azúcar o la aceptación pero me fui sintiendo mejor.
Hoy, no es que esté mejor...pero sí ya no estoy tannnn deprimida como ayer. Gracias a Dios estoy un poco mas tranquila.
Toca seguir adelante poco a poco...pero estoy un poco cansada de perder todo lo que me hace feliz.
Las fotos utilizadas son de mi propiedad