Ese último rayo que recibí de mi Alamar, me dejó un tatuaje llamado nostalgia. No sabía cómo podían ser las mañanas en otros cielos, pero si sabía de las mañanas en ese cielo alamareño: sol cálido, pájaros saliendo de los nidos que les dejaban hacer en los edificios que albergaban sonidos profundos de esperanzas antes la incertidumbre nacional.
Olvidaba decir que el mar de la costa periférica solía recibirme con deseos, anhelaba que nadara en él. Yo respondí con acertividad ante su invitación. Él me abrazaba entre tanto cemento.
La nostalgia vuelve y me acaricia la cara como esa última mañana en mi Alamar.
Todas las imágenes son de mi propiedad
Me encantó la primera foto, como para recordar sienmpre ese día y ese sol.
Los recuerdos siempre me acompañan 🤗. Gracias por comentar.
Esa sonrisa hermosa es capaz de aplastar la más cruel nostalgia. Volverás a ese sol un día, más irradiada que nunca.
Nene gracias por tus palabras bella mia.