Rivalidad entre fenicios y griegos en la colonización del Mediterráneo Occidental

Desde siempre hemos aprendido en las escuelas que en la Antigüedad hubo colonias griegas y púnicas o fenicias en nuestras costas. Y que de una forma u otra el levante marcaba el límite de las áreas de influencia de ambas potencias. Pero, ¿fue esta convivencia pacífica? ¿se enfrentaron entre ellos por el control de las rutas comerciales del Mediterráneo? ¿Cuál es origen de estos pueblos?

Ambos pueblos, comparten su origen en el Mediterráneo Oriental, así como un espíritu emprendedor y expansionista que les empujó a ampliar su influencia comercial y política a través de su actividad colonizadora hacia el occidente mediterráneo.

Independientemente de que más adelante podamos profundizar sobre la actividad colonizadora de fenicios (y posteriormente cartagineses) y griegos (foceos, rodios, etc.), merece la pena tener un primer contacto con estas dos civilizaciones.

Metrópolis junto a ejemplos de colonias greco-foceas (morado ) y fenicias (amarillo).

Los fenicios eran un pueblo del mar, con origen en lo que hoy es Israel y Líbano (Fenicia), que en su viajes abrieron rutas comerciales por todo el Mediterráneo fundando ciudades a lo largo de sus costas (s.IX a.C.) como Gadir (Cádiz) o Cart Hadasht (Cartago, Túnez). Aclarar simplemente antes de empezar que Fenicio y Púnico son términos equivalentes: el primero deriva de la región de origen (Fenicia) y la segunda deriva del término griego para designar a los fenicios (phoinikes) que ha derivado en el término "púnicos".

La primera evidencia arqueológica de la presencia de los fenicios en Hispania se encuentra en Huelva. Se trata de una factoría que usarían para almacenar o comerciar con los pueblos indígenas (factorías), o como punto de avituallamiento de sus rutas.

A partir del s. VII otra potencia naval emerge en el Mediterráneo Oriental, los focenses. Este pueblo de origen griego se situaba en Asia Menor, en la actual Turquía. Su nombre alude a la palabra “foca”, animal que sería el símbolo de la ciudad.

Su llegada a Hispania, según Heródoto, se atribuye a la alianza alcanzada con el pueblo de Tartessos, y su mítico rey, Argantonio, contra los fenicios en el 650 a.C. Además, y del mismo modo que los fenicios, los focenses fundaron colonias en la costa como Emporion (actual Ampurias, Gerona) o Massalia (actual Marsella).

Con ambas potencias en auge, no parece extraño pensar que las rivalidades comenzaron entre ambas. De hecho, la literatura atribuye la fundación de Aibusim (Ibiza) por los fenicios, precisamente a la necesidad de establecer un control sobre las rutas comerciales que llegaban al Mediterráneo Occidental.

Las tensiones entre ambas potencias, se agudizaron tras la caída de la capital focenses por el Reino de Lidia y posteriormente por el Imperio Persa (545 a.C.). En ese momento los focenses huyeron hacia occidente fundando la ciudad de Alalia en la isla de Córcega. Viendo la situación de la nueva "capital" de los focenses los fenicios se aliaron con los etruscos para atacar a la armada focense. Finalmente, el choque tuvo lugar en la costa de la ciudad, dónde 120 barcos de la alianza púnico-etrusca se enfrentaron a la armada focense compuesta por 60 barcos.

Heródoto, en su obra “Historia” lo cuenta así:

Y después vinieron a Córcega, donde vivieron durante cinco años como comunidad junto a aquellos que habían llegado antes, y fundaron allí templos. Pero asaltaron y saquearon a todos sus vecinos, como resultado de lo cual los tirrenos y los cartagineses hicieron causa común contra ellos, y zarparon en su contra con sesenta naves cada uno. Los focenses también armaron sus naves, sesenta en total, y se enfrentaron al enemigo en el así llamado Mar Sardonio. Combatieron y los focenses vencieron, pero fue sólo una victoria cadmea, pues perdieron cuarenta de sus naves, y los veinte restantes quedaron inutilizadas, con sus espolones retorcidos. Navegaron después hacia Alalia, embarcaron a sus mujeres e hijos así como todas las posesiones que sus barcos podían alojar, y dejando Córcega navegaron hasta Regio.

(Fuente de la imagen: wikipedia)

El resultado de la batalla final fue incierto. La escuadra griega venció a la alianza de fenicios y etruscos, pero las bajas fueron tan cuantiosas que no les permitieron explotar su victoria. Desde ese momento las colonias en la costa hispana quedaron estables con una "frontera" hipotética en Hemeroskopion (Calpe, Alicante).

Tras Alalia, los griegos, se vieron obligados a abandonar Alalia y trasladarse a Nápoles, perdiendo su hegemonía en las rutas comerciales. Derivado de estos enfrentamientos, en el futuro, los griegos apoyarían a Roma contra Cartago en las Guerras Púnicas que surgirían siglos después.

Por su parte los fenicios comenzarían a ejercer su influencia en el interior de la península ibérica, teniendo su cenit en el periodo Bárquida y la II Guerra Púnica en el s. III a.C.

Por último, me gustaría finalizar con un dato que denota la relevancia que ambas culturas tuvieron en su momento en el papel de Hispania / Iberia en su momento, y que podemos ver hasta nuestros días. Y es que, fenicios y griegos acuñaron dos términos que hoy en día siguen representando a los habitantes y su geografía: Hispania e Iberia. Para no extendernos aquí, seguiremos las explicaciones que Manuel Bendala sintetiza en su libro 'Tartesios, iberos y celtas'.

Hispania deriva del fenicio, habiendo 3 teorías sobre su posible significado:

• Costa o isla "de los conejos": derivaría del fenicio "I-span-ya". Esta teoría ha tenido mucha repercusión, pero a día de hoy muchos autores la descartan, no ya solo por cuestiones lingüísticas o gramaticales, sino porque parece extraño acudir a un elemento tan concreto e irrelevante para nombrar una zona por colonizar.

• Costa o isla "del Norte": derivaría del fenicio "I-shephan-In". Tiene sentido en cuanto siguiendo la expansión púnica desde África, la península quedaría "al norte".

• Costa o isla "de los forjadores": derivaría del fenicio "span". Al igual que la acepción anterior, esta posibilidad parece más plausible, y atendería a la fama de la industria metalúrgica de la península, y más concretamente a la desarrollada por la cultura tartésica.

En cuanto a la palabra "Iberia", fueron los griegos los que acuñaron este término para referirse al extremo "occidental" del mundo conocido. De hecho, en el momento de su llegada a la península ibérica había otra "Iberia" en lo que hoy es Asia (en el Mar Menor), aludiendo a la periferia oriental del mundo que ellos conocieron. Posteriormente el nombre "íbero" se utilizaría posteriormente para nombrar a toda la geografía peninsular y a los pueblos indígenas que habitaban la costa (no así a los pueblos del interior ya que no respondían al mismo origen cultural y étnico).

Como vemos en este último dato respecto al nombre de Hispania e Iberia, podemos ver hasta qué punto estas civilizaciones han influido en conceptos que 2.500 años después siguen plenamente en vigor.

No dudéis en comentarme cualquier duda sobre el artículo o si tenéis interés por algún libro para un estudio más detallado del tema. Estaré encantado de comentar cualquier aspecto sobre el tema y aprender juntos sobre esta etapa tan lejana de nuestra historia.

Fuentes:

• Manuel Bendala. Tartesios, iberos y celtas. Temas de Hoy, 2000
• Martin Almagro Gorbea. Historia Militar de España: Prehistoria y Antigüedad. Ediciones del Laberinto S. L., 2009.