En los últimos días se está hablando del misterio del capital de los indígenas amazónicos siguiendo la misma lógica de la temática planteada y aplicada en los pueblos que radican en las zonas periféricas de las ciudades costerasy que viven en una economía de mercado, donde el eje principal de dicha temática es la legalización de la propiedad de la tierra con los programas de titulación de predios urbanos básicamente por la posibilidad de usarla como garantía para tener acceso al crédito en el sistema financiero; es decir, lo que se sugiere es aplicar los conceptos de la economía de mercado en un mundo globalizado por el pensamiento neoliberal a las economías naturales de nuestros pueblos amazónicos.
Hoy en día es común hablar de la urbanización de la pobreza como un problema social gestado en el Perú luego del impulso de los llamados parques industriales como consecuencia de la aplicación de una política económica orientada a sustituir importaciones de bienes de capital en la época del Gobierno del General Velasco, parques que ahora quedan casi como malos recuerdos de un intento frustrado de desarrollar una capacidad interna de industrialización del Perú. Es a partir de esa época que se producen fuertes movimientos migratorios del campo a la ciudad, de la sierra hacia la costa y últimamente de la selva hacia la costa donde se concentran no solo los centros de operación de las grandes empresas nacionales o transnacionales sino que también el grueso de la actividad política que por sus expectativas electoreras, incentivan los procesos migratorios con los llamados gastos sociales ya sea en infraestructura o simplemente con el asistencialismo.
Surgen entonces en las ciudades costeñas los graves conflictos por la propiedad de la tierra que aunque inhóspita, permite a los habitantes una mayor cercanía a los beneficios marginales de tipo económico que les brinda la economía de mercado como lo son el subempleo temporal que brinda el sector privado, el subempleo público y la facilidad que brinda el sistema para potenciar una sociedad de consumo con las famosas tarjetas de créditos con sus sobrecostos no publicitados; en ese escenario, son, los programas oficiales de titulación, la solución para legalizar la propiedad que en buena cuenta a sus propietarios les puede permitir el acceso a los créditos populares en el Sistema de Cajas, ONGs; el resultado final, es el aumento de la urbanización de la pobreza con todas sus lacras sociales manifiestas como el trafico de drogas, delincuencia organizada, prostitución, etc.
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Una reflexión final para quienes difunden los temas relacionados con el misterio del capital en la amazonia: el sentimiento patriótico, el amor a la tierra, no lo da la nacionalidad si no la forma de pensar; es la experiencia de haber vivido en un territorio, de haber compartido experiencias con los habitantes, lo que nos da ese sentimiento. Si casi nuca se ha vivido en el Perú, entonces no se tiene mentalidad ni sentimiento de peruano.
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