[ESP|ENG] Sexo y Humanos: Porno y fantasmas | Sex and Humans: Porn and ghosts

Ya lo sé, no es el tema que uno espera leer al comenzar el año, pero seamos honestos, publicaciones de año nuevo ya han leído muchas en palabras de sus más admiradas figuras, así que tampoco se hace necesario que alguien nada conocida por acá hable sobre esperanzas renovadas a causa del inicio de un nuevo inicio en la vuelta alrededor del sol.

En cambio, no veo a muchos hablando sobre porno o fantasmas en año nuevo. Ya sé que suena algo tétrico pero esta no es otra historia acertadamente infravalorada de terror o tristeza.

A inicios de septiembre, si mi memoria no me falla, fui entrevistada por una muchacha 5 años menor que yo, ese margen de tiempo que me pareció tan amplio me hizo sentir increíblemente vieja, no vieja de vejez sino de tiempo transcurrido sin nada trascendental en medio y quizás, un poco obsoleta. Aquella muchacha era de bonita presencia, no era alta, quizás al rededor de 1.50, no tenía las medidas reglamentadas por photoshop ni rasgos de escultura griega en su rostro, pero era una chica bonita aún sin nada de esto; además de ello tenía un porte de diosa, fácilmente se podía decir que era la reencarnación de Afrodita, no porque se pareciera a la de los cuadros o a las de la pasarela de Victoria, sino porque toda su actitud emanaba esa aire de poder de quien está seguro, lo que era realmente admirable y desagradable al mismo tiempo.

Era admirable que su seguridad viniera de sí misma, de todo lo que ella sabe que es capaz de hacer, y hacer bien. Es algo notorio los motivos que dan seguridad a una persona, están allí en sus gestos aunque no estén en sus palabras, hablando de ellos. De por sí esta seguridad suele venir de las posesiones que alguien pueda tener, y otras, menos frecuente, de su talento, estos últimos me resultan singulares y suelen ser más de mi agrado. Lo desagradable era la tajante presencia de la típica arrogancia de dioses que sencillamente no pueden ocultar, su máximo esfuerzo en ello desemboca en una falsa humildad que resulta igual de desagradable.

Ya van 4 meses desde que comencé a trabajar en ese lugar, parece mucho menos pero el 2020 fue un año tan burlesco al punto tal que nunca tuvo caso no dejarle hacer lo que le diera la gana. En lo que ahora me desempeño, resulta una labor de, por y para el dinero -al igual que mis empleos anteriores-, he allí el motivo por el cuál no me gusta -al igual que mis empleos anteriores-. Si lo que hago tiene el dinero como fin único carece de sentido para mí, y me deprimo. No me tilden de comunista ni de ilusa, trabajar por supuesto tiene un fin monetario, es un fin de necesidad, como seres sociales que somos, pero trabajar tiene también un fin humano, de allí que es fundamental que el individuo se gane el sustento en una labor de carácter social que le apasione. Pero la supremacía del dinero ha desplazado tal premisa y además, se ve más arraigado en sociedades donde la educación no es un deber placentero sino un derecho de alta exigencia adquisitiva.

De modo que, algo tan sencillo como hacer café era absolutamente reconfortante para mí en mi país, porque entonces me rodeaba de un "ecosistema" -por así decirlo- propio de tal acto que lo hacía inmenso en diversidad. Mientras que acá, hacer café fue una tortura de dos años porque cada empleo ha estado impregnado de esa mortuoria marcha de único fin monetario que no sabe convivir con ningún ecosistema, sino que lo sepulta y entonces surgen cementerios cargados de vidas que penan por supervivencia. La diferencia es que en mi país me resultó mucho más fácil encontrar un empleo que invirtiese, en dinero, sí, pero en algo más allá del dinero también, buscando un equilibrio entre una cosa y otra para mantener dicho "ecosistema". En cambio, donde estoy ahora esto no me ha resultado nada fácil, todo es dinero y competencia, dinero y estatus, las cosas como son, una lucha proletaria de 8 a 12 horas por dinero y 5 segundos de gloria diarios y nada más, agota mi alma. Tal vez es que no he tenido suerte aquí... o que en mi país tuve mucha.

De cualquier modo, ¿qué caso tiene ya luego de 3 años? Sea que haga café, cree contenido o asista a trabajadoras sexuales el problema es el mismo, no hay nada que le de sentido a mi vida más allá de tener que hacer plata -porque de paso no es escogencia de uno sino algo que tiene que hacerse-. Pero además -y por supuesto- nunca es -ni será- suficiente dinero como para llegar a empezar uno mismo algo que sí tenga un poco más de sentido para uno. En fin. Hace 4 meses que le digo a mi papá que me dedico a realizar variadas funciones relacionadas con generar estrategias de marketing para lograr atraer a más clientes potenciales, lo cual es absolutamente cierto, lo que no le digo es que es en la industria del sexo.

Mi trabajo es una completa ladilla, es el típico trabajo de oficina pero con tetas y cucas, una fusión extraña de estratega de marketing, asistente, maestra y proxeneta. Cuando las 4 modelos de mi turno están presente la horas pasan tan rápido que sientes que no te alcanzan para dejarle todo listo a tiempo a la del otro turno; pero durante los primero 3 meses no hubo a quien entregarle turno, las modelos desaparecían, no estaban en peligro ni nada de eso, simplemente no regresaban nunca y, según mis jefes, no era normal. El lugar tenía 1 sola chica con ingresos promedios, lo cual no alcanzaba en absoluto para cubrir lo gastos de la empresa. Aparte, para no resignarme a ganar sueldo mínimo, me ofrecí a encargarme del Instagram provisional de la empresa para reclutamiento, pero las campañas no lograban resultados satisfactorios lo cual casi me hizo desistir.

Resultó ser que por muy incrédulos que puedan afirmar ser, los administradores siguen siendo fieles a sus raíces culturales, de modo que cuando las cosas se ponen muy duras sin motivos aparentes recurren a brujos para que les digan qué es lo que pasa.

De modo que recurrieron a su santero de cabecera. Al parecer hay muchas personas acá que hacen crecer sus negocios pagándole a alguien para que los haga prósperos e incluso para que acabe con su competencia -¿no es adorable?-, pero no es el caso de ellos, ya que se sienten bien capaces de hacer crecer sus vainas por su propio esfuerzo, de modo que solo acuden al brujo cuando sospechan que "algo" está trabando sus esfuerzos con "malas energías" para así "quitar eso" de su camino y seguir trabajando con normalidad. Por mi parte, admito que realmente me desagrada ese "de que vuelan, vuelan", un dicho muy común de donde vengo que se usa para decir que "no creen en esas cosas sobrenaturales pero por si acaso sí existen quizás no lo descarten del todo", ese es el significado literal de la frase y me saca la piedra, tú crees o no crees, punto, tienes motivos para creer o no los tienes. Pero bueno, en parte no quieren sentirse ignorantes por decir que creen y en parte no quieren pensar en las cosas que han vivido y no pueden explicarse a sí mismos de manera racional.

A todas estas, la magia les reveló que todo provenía de una "puerta abierta" a causa de la administradora, puesto que muchas chicas se había ido de allí sintiendo mucha envidia hacia ella, además, su mamá es fiel creyente de cualquier cosa que implique ritos para saber el futuro y mejorar el presente, de modo que, por herencia o algo así, aunque no creyese en "esas cosas" le caían, y de paso que en esa casa había un espíritu de un hombre, un fantasma, y la molestaba a ella porque, precisamente, era la más vulnerable por los motivos antes mencionados. En efecto, ella tenía varias semanas viendo una sombra de un hombre muy alto, la cual no pudo ignorar más el día en que finalmente la vio moverse y sintió un terror profundo. Vaya sitio más peculiar para trabajar luego de la crisis provocada por la COVID-19.

Pero el brujo no pudo hacer nada, porque ese fantasma era de la casa y para sacarlo era mucho cuento y mucha plata que ellos no tenían entonces, así fue como la mandaron a bañarse con no sé qué verga y lavar la casa con no sé qué otra verga para paliar la fuerza del fantasma por lo menos por un rato. Además de eso había -y todavía hay- que esparcir a las habitaciones otra de esas pócimas hechas con yerbas que guardan en un atomizador, antes de cada transmisión, lo que me pareció una completa farsa y dejé de usarlo. A las modelos no se les menciona nada de esto, solo se les dice que es para espantar a los zancudos y cuando ellas sienten alguno piden que les rocíen la habitación. Finalmente, a la administradora solo la pudo ayudar la bruja a la que consulta su madre, quien por un millón de pesos pagados en cómodas cuotas le ofreció deshacerle la brujería que le habían hecho las envidiosas, porque según esta última no eran solo malas vibras sino que sí le había hecho algo. Y no voy a negar que las campañas comenzaron a dar resultados y en menos de 15 días el lugar había conseguido 6 chicas nuevas.

Sin tener que pensar más en fantasmas o en renunciar a esos 300 mil pesos extras tan necesarios, ahora solo fluimos tranquilamente tal y como lo permite la labor y el mundo intercuarentena, porque todavía no podemos hablar de poscuarentena. Muchos studios abrieron en medio de la clausura de la vida tal como la conocíamos hasta marzo del 2020, creyendo que como el sexo vende la plata se hace fácil, se estima que para marzo del 2021 todos esos proyectos improvisados ya estarán en la quiebra y el flujo de capital humano sea mucho mayor. Cabe mencionar que las chicas que se dedican a este trabajo, por más que ellos quisieran hacerles ver que requiere tanto esfuerzo y seriedad como cualquier otro, no lo toman tan serio a menos que comiencen a ver mucho dinero, de modo que muchas son realmente inconstantes. Por mi parte, quisiera practicar más sexo del que superviso y me alegra no volver a saber más nada de brujos ni fantasmas, ni de mi ex. Aunque, un poco desconcertada por una de las modelos nuevas que, teniendo potencial, no lograba cumplir la meta, la administradora la puso en las oraciones mágicas de la bruja y al día siguiente se hizo 40 dólares, luego de haber recaudado apenas 10 durante toda la semana.