Que bonito, hermano. Esas viejas valen oro.
Me gustó mucho eso de es cocinera sin recetas y que ella misma se ríe de los platos fallidos :)
Que vaina tan buena.
Es una bendición que duren largo. Lástima que bajo estás circunstancias no los podamos disfrutar y honrar cómo merecen, pero estoy seguro que se sabe amada y respetada. Su herencia ha calado.
Muchas bendiciones y un pronto reencuentro.
Saludos amigo.
Sabes que me dijo:
_no importa mijo, yo soy feliz solo de escuchar tu voz.
Una carupanera, una sucrense completa.
Esas son nuestras madres, como se dice en nuestro lenguaje, debemos darnos con una piedra en los dientes.