Finalmente y tras un proceso de ensayo y error, Alan logra agarrarle el ritmo a la maquinaria y a los frenos sin caerse, ni causar accidentes indeseados. Lo unico que le quedaba por probar, era la tuberia de escape de vapor que estaba unida al cordón.
-Haber… se supone que esto baja la presión de la maquinaria y ¿Acciona la bocina? Que demonios es una bocina?
Tan pronto como hala del cordón la tubería tras el se abre, dejando escapar gran cantidad de vapor y emitiendo un gran ruido de silbido. Sorprendido por el abrupto ruido, se cae nuevamente de la carreta.
-Su mad… Odio esta tetera! Si quisiera ser bulleado en publico solo tenia que llamar a mi padre no a este cacharro.
Recompuesto del susto y con su orgullo intacto al saber que nadie lo observa, vuelve a subirse al asiento del conductor y finge que nada de eso pasó realmente. Se dispuso a probar la “bocina” nuevamente y justo cuando iba a halar del cordón, escucho el rugido más aterrador que jamás en su vida habia oido.
-Oh dios mio -Dice Alan de forma sarcastica-, quien olvido alimentar a mi padre?
Hecho un vistazo rápido a sus alrededores y se percató muy rápidamente de que algo estaba mal, todo estaba en un silencio sepulcral. Casi parecía que todos los animales del bosque se hubieran escondido, ni siquiera los grillos típicos del campo y los bosques hacian ruido. Esto sin lugar a dudas era un mal augurio, pues solo cuando un depredador mayor ronda en los bosques, los animales se esconden de tal manera.
-Esto no es bueno… no quiero estar aquí… porque no soy adulto para decir que me quiero ir a un bar o a comprar leche y jamas volver.
Paso lo que quizá fueran los cinco minutos más aterradores de su vida entre todo el silencio, hasta que finalmente algo rompió con la “calma”. Un par de explosiones mucho menores a la que se escuchó hace poco iban sonando, era como si alguien estuviera destruyendo pequeños fragmentos del bosque mientras se movía muy rápidamente.
-Reso a quien sea para que sea Harry y su aprendiz, porque si es otra cosa ya me mori aqui.
Sus sospechas eran infundadas, no paso mucho tiempo antes que pudiera ver al Dr. Harry salir de entre los árboles con una expresión de terror en su rostro y corriendo como si su vida dependiera de ello. Sin saludar, ni explicar que estaba pasando, el Dr. Harry le dice a Alan que arranque y acelere a toda velocidad tan pronto como el aborde.
-ALAN, RAPIDO ACELERA SI QUIERES VIVIR!
Casi por instinto Alan reacciona, comenzando a mover la carreta y tan pronto como nota un peso adicional en la carreta, acelera a toda marcha y voltea rápidamente para intentar ver de qué están huyendo. Solo logra ver entre los árboles un par de ojos rojos absurdamente grandes e intimidantes que lo observan en la distancia mientras se alejan de aquel bosque.
-Profesor! Que rayos es eso? Y su aprendiz? Digame por favor que esa cosa no se lo comió porque me lo creo.