Tras las preocupantes palabras del Dr. Harry, Alan se apresuró a leer el libro de instrucciones tan rapido como podia. Lo primero que noto, fue que estaba muy bien ilustrado y explicado el manual, mostrando pieza por pieza cada una de las partes de la carreta, su función y como operarlas.
-Ok, esto esta mejor explicado de lo que me esperaba, si yo no lo entiendo nadie en esta vida lo va a entender.
Siguiendo las instrucciones del manual, comenzó por buscar la caja con carbón dentro de la carreta y la movió afuera, para tenerla a mano justo al lado del cajón delantero de la carreta. Luego busco unos guantes de repuesto para poder tocar las piezas metálicas sin peligro de quemarse y prosiguió a abrir el cajon delantero.
-Wow, mira cuantos engranajes, a esta gente le deben enamorar los relojes.
Asombrado por aquella maquinaria extraña y el increíble calor generado allí adentro, tuvo que alejarse un poco y esperar a que el vapor saliera, antes de poder verificar que todo estuviera como le indicaba el manual. Tras terminar con esa parte, cerró el cajón y la maquinaria comenzó a sonar mucho más ruidosamente que antes.
-Y hasta aqui llego la tetera de satan, esto va a explotar -Dice Alan bastante agitado- ya se lo que se siente ser el mecanico Kamikaze de mi pueblo.
Luego de pasar el asombro y deleitarse con el espectaculo de acero y vapor, prosigue a ejecutar el siguiente paso. Se sube como puede hasta el asiento del conductor y queda intimidado ante la complejidad e irónicamente sencillez del panel de control. Un par de palancas a la izquierda, varias a la derecha y un cordón cayendo de una tubería a un lado del asiento.
Intenta leer rápidamente las instrucciones de manejo, pues ya esta terminando de oscurecer y cada vez hay menos luz que le permita una lectura adecuada. A su izquierda tiene la palanca del freno y la palanca de emergencia. A su derecha tiene las de avance, retroceso y velocidad, esta última tiene un pequeño panel con tres compases de cristal que indican la velocidad, la presión de las tuberías y el nivel de vapor. Finalmente el cordón está hecho para abrir la tubería detrás de él para dejar salir el vapor.
-Se ve mas complicado de lo que se lee y si no se intenta no se vive, asi que si me estrello sera por idiota pero no por no intentarlo.
Comienza a jugar con las palancas para acostumbrarse a su uso y mientras esta en ello, tambien hace lo posible por estar atento a los compases para evitar posibles problemas. Logra avanzar un poco y retroceder hasta el punto inicial, pero no se acostumbra muy bien al golpe que da el freno, cayendo un par de veces y teniendo que subir nuevamente.
-Bendita maquinaria del averno, a ti no te hicieron a ti te parieron, dejate manejar.