En la actualidad hay dos grandes campos de estudio dentro de la física que explican el funcionamiento de las cosas.
Física clásica
Por un lado está el mundo macroscópico o de los objetos grandes, definido por Einstein en su Teoría de la Relatividad General, que incluye la experiencia a escala humana de la gravedad, estudiada por Newton (las cosas se caen al suelo siguiendo unas leyes matemáticas concretas), además de una serie de descubrimientos acerca del comportamiento de las estrellas y los planetas, que explican la gravedad como una curvatura del espacio-tiempo.
Todos los experimentos realizados tras las formulaciones de Einstein confirman sus predicciones, como el límite de velocidad universal (la de la luz), o el carácter relativo del paso del tiempo, que varía según distintos parámetros.
Física cuántica
Por otro lado está el mundo microscópico o de los objetos pequeños, explicado por la Mecánica Cuántica, que estudia lo que ocurre dentro de los átomos. El funcionamiento de las partículas subatómicas es distinto y obedece a leyes diferentes a las que rigen en el mundo de los objetos grandes.
Así, los protones, los neutrones, los electrones y sus subdivisiones (los quarks) se comportan de modo aparentemente ilógico, según la física convencional: pueden estar a la vez en dos lugares distintos, y la gravedad es prácticamente despreciable en ese ámbito.
El principio de incertidumbre de Heisenberg demuestra que no se puede conocer a la vez la posición y la masa de una partícula subatómica. Éstas se comportan como ondas, de modo que no tienen un sitio, un peso o una velocidad concretas. Además, al observarlas se les bombardea con fotones, modificando su estado, que es distinto si se les estudia o si no.
Un ejemplo de cómo lo ínfimo se comporta de modo distinto al acostumbrado es el experimento del gato de Schrodinger. Se trata de una explicación metafórica. Si tenemos un gato dentro de una caja, no sabremos si está vivo o muerto hasta abrirla. Mientras tanto, está a la vez vivo y muerto, como los electrones, que pueden estar en dos posiciones distintas hasta que los observamos en una de ellas.
Teoría del Todo
Si se llega a formular una Teoría del Todo o de la Unificación, será posible conciliar la física clásica y la cuántica, y la Relatividad General formará parte de la Mecánica Cuántica, del mismo modo que la Ley de la Gravedad forma parte de la Relatividad General.
Esta no lograda Teoría del Todo podría ser el resultado de conciliar las distintas formulaciones no comprobadas que intentan explicar el funcionamiento del Universo, desde lo más grande a lo más pequeño, como la Teoría de la Supergravedad, la Teoría de Cuerdas, la Gravitación Cuántica de Bucles o la Cosmología Cíclica Conforme de Roger Penrose.
Mientras tanto, la explicación de los fenómenos que no comprendemos al cien por cien, como el Big Bang, el interior de los agujeros negros, el entrelazamiento cuántico, etc, seguirá depositándose en seres supuestamente superiores, como antaño los rayos y truenos, o la sucesión de la noche y el día.