Durante toda mi infancia y adolescencia pense que no encajaba en mi familia de origen. Despues de casada decidi junto con mi esposo implementar lo que nos habia gustado de nuestras crianzas y desechar lo que nos habia hecho daño o sencillamente no era de provecho, eso nos llevo a sacar conclusiones de que nos gustaba y que no, tambien de que queriamos que nuestras hijas tuviesen como recuerdos y que no.
El compartir en familia, hacer pijamadas, campamentos, vacaciones familiares, cocinar juntos, entre otras cosas; han sido experiencias hermosas que nos han fortalecido. A pesar de eso, mucha gente nos critica por esa manera de interactuar entre nosotros, varios amigos de la universidad nos señalan que somos tan pegados que ellos se sienten excluidos, esa observacion tambien ha sido hecha por ambas familias. Yo creo en particular que para casarse y criar unos hijos con valores familiares arraigados esta implicito en cierta forma un divorcio de las familias de origen (suegros, tios, hermanos, etc) eso no implica aislarse sino marcar un limite sobre todo cuando cuando las personas quieren opinar, decidir y aconsejar segun sus criterios y sin respetar lo que decide la pareja.
Debemos ser claro con los entrometidos y arrancar la cizaña sembrada por los que no les gusta ver en cara ajena la felicidad. Es preciso hacer un muro ante los que "con Buenas intensiones" aconsejan como si fuesen expertos matrimoniales. No comprar las vivencias neuroticas de las esposas embutidas en matrimonios monotonos y los esposos que sin lograr en sus casas buenas relaciones desean que tu apliques las mismas tacticas que ellos han implementado con estruendosos fracasos.
Por eso opino, yo construyo mi familia, yo creo en mi familia, si necesito consejos, los pido a personas que han logrado resultados que yo quiero lograr y no a un conjunto de personas que han tenido mas citas con abogados de divorcios que citas románticas...