La espiritualidad que impone, divide y crea patrones repetitivos de conductas, hábitos, palabras y frases que enfrascan el propósito en pretensión y control. La espiritualidad en armonía crea arte donde el ser se refleja y se libera para comprender la infinidad de la que hace parte y mantenerla presente.
Así de manera mágica y armónica, se despliegan los hermosos colores que nublados por el miedo, a la luz del corazón despierto se hacen evidentes y desde cada color se crea la oportunidad de expansión universal.
Por un segundo inconsciente donde la inspiración guía el sentir, entramos a un estado de conciencia superior donde las palabras limitan el potencial del silencio, quien mejor nos explicara el ritmo universal y su mágica cadencia en nuestro existir.
Todo se conecta si le permitimos a través de nosotros fluir, la creación nos recuerda que se nos ha otorgado el poder creativo de su esencia y que estar aquí y ahora presentes es la evidencia de que somos incalculablemente poderosos y que nuestras capacidades son universales, mas allá de lo que vivenciamos y percibimos. Cuando nos armonizamos con nuestro centro, cuando siendo gratos reconocemos la perfección, se revela ante nosotros el propósito exacto que el pensamiento hace inútil…
Una vez en plenitud, reconocemos que el pensamiento es una herramienta creativa, no determinante… Pues lo que pensamos no define nuestro existir, lo que pensamos crea una atmosfera transitoria para la humana experiencia, lo que pensamos nos ayuda a identificar y percibir nuestro sistema anatómico en relación con la experiencia externa a su espacio.
El pensamiento reconoce y computa cada detalle… escucha y relaciona, asocia y selecciona de manera eficiente lo que recibe y lo compara con la información presente en la herramienta elegida.
Una vez le damos a esta anatomía la capacidad de reconocer su cuerpo energético, su campo de luz, el pensamiento reconoce que liderado por el ser y su sabiduría… Debe expandirse y no retroceder, debe armonizarse y no excluirse, debe recordar para transformar, debe celebrar al descubrir y así de manera constante el pensamiento antes agotado y lleno de ansiedad informativa… se convierte en la herramienta idónea y sutil que reconoce en si misma el propósito de su creación. Se activan zonas cerebrales que solo pueden ser estimuladas con la vibración que emite el cuerpo de luz, al sentirse reconocido por la materia que le a generado resistencia a su poder indefinible.
Así la fuerza se despliega y en la confianza absoluta a nuestra infinidad, agradecemos el presente constantemente por que tenemos la certeza de que estamos expandiendo, transformando y alimentando desde nuestro centro este mágico universo que nos ha elegido como colores radiantes de su infinita gamma, aquí ahora siendo nuestra vida el preciado tesoro que soñamos descubrir…
Descúbrete ! Que te lo impide?