Nunca tuve conciencia sobre el miedo. Al parecer era una de las tantas ventajas crecer en una familia sobreprotectora. No podría hablar con base en la experiencia de alguien más, por eso cuento la mía, tal como sucedió, puedes creerme o no, pero fue así, sin que le cambie a esta historia ni un mínimo detalle, hasta aquel día.
Aquella mañana, me fui al colegio, sin ganas, pero con la tranquilidad de que dejaba un espacio donde era yo mismo; a pesar de mi tío esquizofrénico, su esposa e hijo (mi primo), mi abuelo machista, y mi delgadísima abuela, por quien a veces suspiraba de pena por escoger, para el resto de su vida, al hombre equivocado. Tal sensación era recurrente cuando salía de casa para encerrarme en las estrechas dimensiones del aula, una caja por un par de horas.
Ocurrió lo normal de todos los colegios: desacuerdos, compañeros molestos y abusones, la radiante belleza de algunas muchachas que destacaban incluso por la forma de vestir. Hasta media mañana en que una sensación de intranquilidad comenzó a acosarme. Ahora lo sé, después de tantos años, cuando he reflexionado en ese momento tan complejo de aquellas horas terribles.
Éramos una familia numerosa, demasiado, conformada por la más absurda tradicionalidad, ya que el vivir en un país con tantos problemas (que para entonces era incapaz de percibir), encontrar sitio para cada quien resultaba imposible. Completábamos un panorama pintoresco.
Nunca entendí el por qué mi abuelo se llevaba tan mal con su hijo menor, era una relación tan tensa, que pasaba frecuentemente de las pequeñas discusiones a los improperios, aunque en realidad no me afectaba, porque mi vía de escape estaba en el monte detrás de la casa, los juegos, o cualquier otro entretenimiento. Hasta aquella tarde cuando volví del colegio.
Recuerdo que la intranquilidad, los regaños de las maestras, las peleas con los compañeros de aula, fueron un lastre durante todo el día en un comportamiento impropio, más alterado de lo normal. Agarré el transporte, repleto, tanto que resultaba incómodo moverse de una a otra posición. Mochila a la espalda, esperé la parada. Al bajar, noté el ambiente raro, pesaroso del barrio, y al fijar la vista unos metros más adelante, vi la patrulla de la policía, la ambulancia, y en aquel entonces, el auto de mi padre, que me obligaron a correr hasta la entrada.
-¿Qué pasó? -pregunté en clara señal de alteración.
Mi madre, con aparente tranquilidad, como para evitar que me asustara, dijo.
-Nada... tu tío, que al parecer tuvo una crisis y le cortó una oreja a tu abuelo de un machetazo.
No consta en mí, reacción alguna ante aquellas palabras, solo la tristeza por el destino de mi tío (a quien ingresaban, ya para ese entonces con frecuencia) y una sensación que me embargaba por completo. Esa, fue la primera vez que tuve conciencia real del miedo.
I was never aware of fear. Apparently it was one of the many advantages of growing up in an overprotective family. I could not speak based on someone else's experience, so I tell mine, just as it happened, you can believe it or not, but it was like that, without changing this story in the slightest detail, till that day.
That morning, I went to school, reluctantly, but with the peace of mind that I was leaving a space where I was myself; despite my schizophrenic uncle, his wife and son (my cousin), my chauvinistic grandfather, and my very skinny granma, for whom sometimes, I sighed with sorrow for choosing, for the rest of her life, the wrong man. Such a feeling was recurring everytime I left home to lock myself in the narrow dimensions of the classroom, a box for a couple of hours.
The usual of all schools happened: disagreements, annoying and bullying classmates, the radiant beauty of some girls who stood out even by the way they dressed. Until mid-morning when an uneasy feeling began to haunt me. I know it now, after so many years, when I have reflected on that moment of those terrible hours.
We were a large family, too large, made up of the most absurd traditionality, living in a country with so many problems (althugh around that time, I was unable to perceive), finding room for everyone was quite a challenge. We completed a colorfull panorama.
Never get to understood why my grandfather got along so badly with his youngest son, it was such a tense relationship that frequently went from small arguments to expletives, although it didn't really affect me, because my escape way was in the bush behind the house, the games, or any other entertainment. Till that afternoon when I came back from school.
I remember that the restlessness, the scolding from the teachers, the fights with classmates, were a burden throughout the day in an improper behavior, more altered than normal. I grabbed the transport, crowded, so much so that it was uncomfortable to move from one position to another. Backpack on my back, I waited for the stop. As I got off, I noticed the strange, regretful atmosphere of the neighborhood, and when I looked a few meters ahead, I saw the police car, the ambulance, and at that time, my father's car, which forced me to run to the entrance.
"What happened?", I asked, clearly upset.
My mom, calm and easy, as if to avoid scaring me, said.
"Not much... your uncle, who apparently had a crisis and cut off one of your grandfather's ears with a machete".
I had no reaction whatsoever to those words, only sadness for the fate of my uncle (who by then, was frequently admitted) and a feeling that overwhelmed me completely. That, was the first time I was really aware of fear.
Suscribo las palabras de @nianna09. Es totalmente cierto y además nos eleva en ese proceso de crecer. Luego que el miedo toca, contundente en el cuerpo, sientes que ya nada puede contigo. Es un derrumbe sano y oportuno. Eso es la valentía, mirar al miedo fijamente a los ojos y después, vencerlo.
Nunca olvidas esa primera vez que fuiste consciente del miedo...yo no lo he hecho. Es muy vívido el recuerdo, aún puedo saborear el temor y sentir una vez más, el temblor de mis manos en aquel momento. Lo bueno es que, no lo olvidamos, pero sí lo superamos.
Muy cierto... gracias por estar presente @nianna09