Más que la suma de muchos esfuerzos; cuando se obra bajo la voluntad de Dios es la multiplicación del éxito.
Bajo el esfuerzo propio podemos sumar nuestras capacidades y lograr un bien mayor pero bajo la sombra de nuestro Padre nuestra individualidad se multiplica.
En Eclesiásticos (4:9-12) nos alienta a trabajar en equipo, recordando que solo no tendrás como apoyarte, que dos pueden calentarse mutuamente en las noches de frío e incluso que una cuerda triple es más difícil de romper.
Al desarrollar un curso de acción y establecer un trabajo en equipo, delegando funciones es un buen plan; así como Moisés instruyo “jueces” en su pueblo para atender los conflictos y evito la fatiga total al cumplir con la meta encomendada por Dios en Éxodo (18:13-27). El compartir y delegar el trabajo evita el colapso prematuro al servir a nuestro Padre.
Todo lo significativo y transcendente, se puede lograr con el trabajo en equipo tal como: la familia, la iglesia o incluso establecer una nación.
Al ser muchos bajo la guía del Señor el éxito es seguro; así como el cuerpo formado por distintas partes logra un perfecto acople de sus funciones y una armonía al trabajar en conjunto. Más aún hay hermanos que pueden interferir en las obras de nuestro Padre al escuchar voces que no provienen de Él.
El liderazgo bajo una agenda egoísta, dictatorial y que no se enfoca en el agrado de Dios recae en la división, rebelión, indisciplina y oposición. Siendo estos todos contrarios al trabajo en equipo.
También como parte del grupo se puede obstaculizar el trabajo en equipo sin la necesidad de poseer un cargo de liderazgo; siendo orgulloso, individualista e incluso realizando obras en busca de reconocimiento personal. Todo esto interfiere con el trabajo en equipo.
Para realizar o emprender un trabajo en equipo bajo la guía de Dios debemos aceptar y entender que no podemos solos; dejar morir el “Yo” para dar nacimiento al “Nosotros”. Tener un Sueño en común donde la meta nos bendiga a todos; si no fuera ese el caso solo sería manipulación de la gente por un objetivo egoísta de quien los guía donde evidentemente no será nuestro Padre pues él nos ama a todos por igual. Y por último dar el ejemplo con actitud de servidor.
Así disponiendo todos y cada uno sus dones individuales bajo el liderazgo de Dios lograran un éxito que multiplica los talentos, pues Pablo planto y Apolo rego, pero Dios hizo crecer (1era a Corintios 3:6).
Así se plantea una última pregunta:
¿En que aplicar el trabajo en equipo?
Todo lo que difiera del interés personal se puede lograr en Cristo y por ende clasifica para alcanzarlo con el trabajo en equipo bajo la sombra de Dios.