A corazón abierto

in #cuento7 years ago (edited)

Saludos, comunidad. Un gusto saludarlos.

Para presentarme, un breve cuento. Dicen que es de buena educación contar algún cuento corto cada vez que entramos en una casa ajena. Eso entretiene a los niños, y les permite a los adultos pensar en sus deudas y demás mientras suena el eco remoto de nuestras palabras.

Que sigan bien.



fuente imagen

¡Qué dicha me da estar cerca de Margarita y ver cómo crece un poco más cada día, cómo juega llena de vitalidad, cómo aprende tantas cosas! Es hermosa. Su risa es agua fresca, su mirada es fuego puro, y su mente es tan ágil y graciosa como una gacela. Es imposible que la quiera más de lo que ya la quiero.

No la conocí antes, pero ahora sé que estuvo muy enferma. Para sufrimiento de sus padres, nació con un grave problema en el corazón que la hizo vivir sus primeros años con un sinfín de limitaciones. Apenas si podía levantarse, bajar unas escaleras o ducharse cantando como lo hacen todas las niñas de su edad. Pasaba mucho tiempo en cama, y cada palabra que decía podía ser la última. No se sabía, cuando se acostaba a dormir, si volvería a levantarse al día siguiente, y todos en casa sentían que no valdría la pena vivir sin su sonrisa, sin la alegría de su presencia. La amaban, así como ahora la amo yo, y por eso lloraban tanto por ella y por su oscuro destino.

Yo tenía más o menos su edad cuando comencé a sufrir de fiebre y dolores de cabeza. Mis padres no presintieron lo grave de mi enfermedad, y cuando me llevaron al hospital ya tenía muerte cerebral causada por la meningitis. Ella estaba en el mismo hospital, apagándose sin remedio, hasta que un médico piadoso les propuso a mis padres que salvaran a esta niña donándole mi corazón. Ellos aceptaron con gran tristeza, quizá para redimirse ante los ojos de Dios.

Desde aquella operación quedé amarrado a Margarita, para siempre a su lado, adorando su belleza, y sintiéndome infinitamente feliz por saber que dentro de su pecho late mi corazón.