Es para tí, si tú, que sé que lo lees.
Mírame mago malvado, mira mis ganas y mis mensajes perdidos.
Mírame perramente. Róbame.
Destruye cada átomo de amor que estúpidamente te brindo.
Ríete a carcajadas y caballerosamente urde una salida.
Suelta mi mano. Escúpeme. Dame un beso fácil.
Canta conmigo. Haz tu magia.
Doblégame, cambia el sentirme incomoda y permite las mil boludeces que quiero hacerte.
Despierta y date cuenta.
Sácame la mano.
Sóbate al final, descubre.
Envíame bien lejos al carajo y cóbrame el orgasmo. Saca y limpia.
Dime gritando que no me quieres.
Dime bien bajo que no te sepo a nada y que mejor es tocarte solo frente a una foto sin sonrisa.
No hay pendejadas que quieras oler en tus manos y las cosquillas que te invaden son prestadas.
No somos y no fuimos algo. No sabes.
No haces matemáticas.
No le dices a la gente que me sueñas haciéndote maldades y que te gusta que nuestra historia sea burlada y vomitiva.
¿He sido lo suficientemente dramática?
O debo describir al lector que no eres tan lento y que te gusta que te soben adentro.
Que te quiebras ante mí, que me quisiste mucho y que ahora mi cuesta es bien arriba para ganarte de nuevo.
El soporte fotográfico es de mi propiedad.