Comida casera una buena opción
El tener una mascota a cargo implica una responsabilidad importante y no importa en qué país vivamos, en cualquier momento puede suceder que por alguna u otra razón debamos buscar alternativas alimenticias para nuestras mascotas.
Bien sea por que exista dificultad para encontrar la marca de alimento concentrado o por el alto costo de la misma, surge la interrogante, ¿qué le ofrezco a mi mascota de alimento?
Ante esta pregunta, muchos dueños de mascotas han encontrado respuesta en la comida casera, jugando con lo que hay en el mercado y con lo que disponemos en el bolsillo.
El caldo de patas de gallina o pollo, hueso de lagarto o recorte de carne, son la base preferida para mezclar con arroz y vegetales.
Alimentar a nuestra mascota con comida casera, resulta una buena opción durante tiempos de crisis, y no porque sea más económico, sino porque de ella se pueden obtener todas las vitaminas y minerales que la mascota necesita.
Es importante tomar en cuenta la manera adecuada de armar un menú para mascotas, ya que la alimentación debe contar con carbohidratos, vegetales y proteínas, todo en la medida correcta, la mitad del plato debe contener proteínas, la cuarta parte carbohidratos, y el resto entre frutas y vegetales.
El metabolismo de las mascotas funciona diferente al de los humanos, por lo que es aconsejable consultar al veterinario antes de suplir su alimento concentrado, así como la forma en la que se les debe ir dando.
Algunos veterinarios afirman que las frutas son un sano complemento para la alimentación de las mascotas. Aseguran que proporcionan vitaminas, fibra y antioxidantes, pero no todas son recomendadas.
En pequeñas cantidades y sin semillas, las mascotas pueden ingerir como premio manzana, plátanos o cambur, melón, patilla, naranja, pera, melocotón, fresa, piña, mango y lechosa; así como zanahoria, remolacha, guisantes, espinacas, lechuga, tomate maduro (no verde) y auyama. Hay que recordar que hay alimentos prohibidos para ellos, como las uvas, pasas, cebolla, chocolate, lácteos, ajo, aguacate, alcohol, cafeína y huesos.