Finalmente llegó el momento más esperado desde mis 12 años, ese momento en el que no sabes que hacer y en el que no entiendes lo que pasa, sobretodo cuando subes a recibir tu medalla y diploma, miras hacia los asientos y contemplas de una forma única las Nubes de Calder, creo que nunca me parecieron tan espectaculares hasta ese día. Me sentí grande por el éxito que he alcanzado hasta hoy, pero también muy pequeña por todo lo que me falta por aprender, sabiendo el gran esfuerzo que tuve que hacer para llegar hasta el Aula Magna con mi toga y birrete de traje, y que apenas este es el comienzo de un largo camino que espero seguirlo disfrutando mucho con sus altos y bajos venideros.

Mientras la rectora daba su discurso, ese en el que enfatizaba el papel de la educación en las naciones, recordé todas esas veces en las que escuché la frase "a la UCV la sombra la venció", frase que hasta yo misma llegué a considerar como verdadera, así que tuve la oportunidad de reflexionar un poco al respecto:

La Universidad Central de Venezuela fue intervenida en varias oportunidades por diferentes regímenes que han transitado en la historia política de nuestro país, siendo el cierre más prolongado entre 1912 y 1922 por la dictadura de Gómez cuando se ubicaba en el Convento de San Francisco. Sus paros universitarios han continuado desde entonces, y gran parte de ellos a modo de lucha en contra de gobiernos que se niegan a servir realmente a nuestro país. Durante 6 años me enfrenté junto a mis amigos, compañeros y profesores a momentos en los que parecía que no habría retorno a clases, en donde mi mayor meta parecía ser inalcanzable, en donde el temido "cierra técnico" parecía venir, en donde la sombra nos arropó muchas veces, en donde personas como tú y como yo perdieron su futuro, y en donde muchos creímos estar a punto de perderlo también; pero continuamos, continuamos porque nos obligaron a entender que la forma de lucha que llevamos a cabo no nos fue funcional, continuamos para no dejar que el país se nos terminara de caer a pedazos, continuamos por aquellos que ya no pudieron continuar, continuamos para no permitirle a la sombra que nos venciera. Y aunque ha sido ante diferentes adversarios, la UCV siempre ha continuado, y continuará aunque no sea la de ayer, ni la de hace sus casi ya 300 años, pues no sólo la UCV, sino nuestras universidades como empresa, como instituciones de libre pensamiento, vencerán la sombra aunque ésta toque sus puertas e intente traspasar sus muros, porque son ellas centros de encuentro, de autoconocimiento, de transformación, son nuestras casas de crecimiento, de cuestionamiento y reflexión, de apertura al universo de ideas y a la construcción de conocimiento.

Como dijo el Dr. José María Vargas, primer presidente civil de mi país y primer rector de mi alma máter: "...el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia.", y yo creo en aquellas personas justas y honradas que están aquí y en el exterior entregando todo lo que les es humanamente posible para que la oscuridad no se apodere de cada rincón de Venezuela.

Gracias UCV por ser mi escuela de vida estos 6 años. Espero que nos volvamos a encontrar.