Eran como las once de la mañana, me encontraba muy cansado porque el día anterior me había desvelado con mis amigos, las cervezas estaban muy buenas, luego de dos meses de ley seca a causa de la contingencia, cualquier cerveza era buena en realidad, pero bueno creo que ya me estoy saliendo del tema como de costumbre.
Les decía, eran como las once de la mañana cuando mi madre me despierta para que fuera a entregar unos pedidos a casa de mi abuela, que se encargaba de distribuirlos en su colonia, el producto, nada menos que pay de manzana, también había de piña y de calabaza, pero por alguna razón mi abuela sólo vendía de manzana.
Con mi cargamento debidamente empacado en mi bicicleta de tres ruedas, me dispuse a llevar los pays, esperen, quiero aclarar que siempre he querido decirle tricicleta a mi vehículo, pero por alguna razón el vendedor me dijo que se trataba de una bicicleta de tres ruedas, en fin continúo. Ya camino a la casa de mi abuela me dio nostalgia el viejo camino hecho de tierra aplanada, lo observé por un rato, pero de cualquier modo irme por la nueva carretera que está mas pareja.
Apenas había avanzado unos cien metros cuando me dio sed y decidí tomarme un refresco en "Almacenes El lobo", si ya se donde "Aullaras por las buenas ofertas", como sea. Después de terminarme mi refresco se me acerca el hijo del dueño a quien todos llaman "el lobito" quien me recomienda que me valla por el camino viejo pues habían elevado el límite de velocidad y podría tener un accidente. Bueno así fue, después de no meditarlo mucho decidí irme por el camino viejo.
Lo que no sabía es que el lobito andaba en malos pasos y le había dado por apropiarse de lo ajeno, tomó el camino rápido con su motocicleta y se fue a buscar a unos cuates para asaltarme.
Casi al llegar a la casa de la abuela, me interceptó el lobito con su raza, creía que no lo iba a reconocer porque traía cubre bocas y lentes negros, pero con la contingencia todos andamos con cubre bocas así es que ya nos conocemos.
-Entrégame los pays- me dijo.
-Que te pasa lobo, ya te reconocí- le dije
El insistió mucho en que no era el lobo y que le entregara los pays, pero me resistí lo mas que pude, sus amigos por otro lado se abalanzaron contra mi y me quitaron el cargamento, en eso sale mi abuela de la nada con tremendo leño y los empieza a golpear a todos recuperando los pays.
Desde entonces a mi abuela le dicen "la leñadora". El lobito, después de muchos años se graduó de licenciado en derecho, creo que de alguna manera mi abuela lo mandó por el buen camino después de todo.
FIN
Historia verídica
@oniros