Desde épocas muy remotas la práctica y fascinación de consumir sangre, bien sea esta animal o humana, ha estado presente y ha sido documentada a lo largo de los siglos. La fascinación por la sangre y sus supuestas y señaladas propiedades vitales es el origen y raíz de la necesidad vital estos vampiros, personajes que, con impaciencia y tormento procuraban el sustento sanguíneo para poder permanecer en esta tierra y así perpetuarse como muertos vivientes.
El modelo estereotipado más conocido que nos viene tanto de la literatura como de las tradiciones orales, sobre todo de la Europa del Este, con los ineludibles agregados y tergiversaciones, corresponde al de un cadáver que en las noches se levanta de su ataúd, bien sea corporalmente o no, para tomar la sangre de los vivos.
En la novela "Drácula" de Stoker se presenta un vampiro con cualidades ya conocidas en relatos y obras literarias de tiempos pasados basados en antiguos autores como el mismo Polidori y registros del siglo XVIII, algunos relacionados apócrifamente con Vlad Drãculea, noble que vivió en la Transilvania del siglo XV, conocido por las atrocidades aplicadas por empalamiento a sus enemigos turcos, cuya realidad no se corresponde en cuanto al desarrollo de la existencia mítica de los vampiros (Hernández, Edgar, 2018).
Posteriormente, con el advenimiento del cine, las nuevas posibilidades de consolidación de la figura de este personaje siniestro se afianzan en el tiempo desde la época del filme "Drácula", de Tod Browning en 1931, aunado con las atmósferas e imágenes que con sus atuendos, maquillajes, colmillos afilados y conductas que tales seres infunden el terror en los públicos ávidos de tales escenas.
El Mal de Günther
Los primeros casos de porfiria fueron descritos y documentados por J. J. Schultz en 1874 y para 1911 el doctor Hans Günther describe la porfiria eritropoyética congénita, conocida como la enfermedad que lleva su nombre. Desde entonces, la libación de las efusiones sanguíneas ha causado interés no solo en distintos aspectos de la cultura, sino también en el campo de la ciencia y la medicina.
Desde el punto de vista médico, en la actualidad se ha intentado darle explicación a estas leyendas de origen popular y folclórico. Entre los siglos XII y XV en la Europa del este los vampiros eran una preocupación real y un tema de debate. Una teoría reciente propone que los vampiros sufrían una enfermedad llamada porfiria, que es un desorden que afecta la síntesis de la hemoglobina (Díaz Rosales, Juan y Romo, Jesús E., 2007).
El doctor David Dolphin, bioquímico canadiense y profesor de la Universidad de Columbia sugirió en 1985 que los vampiros en realidad no eran esos seres tenebrosos que la literatura y las consejas populares nos han trasmitido, sino personas reales que padecían una rara enfermedad conocida como porfiria o mal de Günther, síndrome difícil de diagnosticar, hasta el punto que solo se han identificado unos 200 casos en el mundo (Children's Hospital Boston, 2017) .
Los sufrientes de porfiria presentan señales características como lo son anemia crónica y mucha debilidad y cansancio, por lo que precisan de constantes transfusiones sanguíneas o, en casos determinados, procurar ingerir o beber sangre bien sea animal o humana para suplir la falta de hemoglobina y así aliviar los sufrimientos.
También presentan fotosensibilidad y una extrema palidez, producto de alteraciones en la pigmentación de la piel, por lo que no pueden exponerse a la luz y deben permanecer a las sombras con vestimentas oscuras que le cubran todo el cuerpo. Además de ello hay una retracción de las encías en la dentadura, por lo que los dientes, especialmente los colmillos, se hacen ver más grandes y salientes de lo normal.
Estos escenarios donde se muestran estos aspectos, probablemente hayan alimentado desde la antigüedad la idea que beber sangre y salir por las noches puede haber iniciado la creencia de la leyenda de los vampiros.
Bebedores de sangre: los vampiros de hoy
Existe un instinto primario en el ser humano y es la fascinación por la sangre, bien sea por gusto o repulsa. El primer impulso de una persona, especialmente en niños, es llevarse a la boca el dedo herido por donde manan algunas gotas de sangre.
El gusto de beber sangre ha estado arraigado desde hace centurias y ha sido una costumbre muy común en muchos países beberla directamente, todavía caliente, en vasos, copas o envases convenientes para tal fin, en los mataderos al momento de sacrificar el ganado.
La inclusión de la sangre forma parte de algunos alimentos donde figura en sus recetas, como es el caso de unas especies de chorizos llamados morcillas, a veces mezclada con arroz, elaboradas con sangre extraída directamente de los mataderos y almacenada en frascos. En Europa se mezclaba la sangre de jabalí con vino o la sangre de ganso tomada como sopa y también se vendía sangre de cerdo llevada en baldes y se vendía por cucharones de casa en casa.
En la actualidad la industria cosmética utiliza productos para evitar las arrugas faciales procesados con plasma humano y en medicina se practica en forma experimental el cambio de sangre en ancianos por sangre de jóvenes con fines de “rejuvenecimiento”.
Alexander Dumas escribió en su libro “El gran diccionario de la cocina” que la sangre de los animales es un alimento muy saludable y nutritivo. Sin embargo, los conocedores y expertos en este tema consideran que la sangre animal es un alimento dañino y tóxico por la cantidad de “contaminantes” que contiene y que sin duda la sangre ideal para el consumo es la sangre humana.
En suma, tal vez, al fin y al cabo, los "vampiros" han evolucionado y se han adaptado a nuestros tiempos.
Referencias
Díaz Rosales, Juan y Romo, Jesús E. (2007). Mitos y ciencia: Porfiria y vampirismo. [Documento en línea] Disponible: https://www.medigraphic.com/pdfs/bmhfm/hf-2007/hf071h.pdf Consulta: 31-07-2021-
Children's Hospital Boston (2017). La enfermedad que podría explicar la "existencia" de los vampiros. [Documento en línea] Disponible:
https://clustersalud.americaeconomia.com/tiinnovacion/la-enfermedad-que-podria-explicar-la-existencia-de-los-vampiros Consulta: 31-07-2021.
Hernández, Edgar Toribio (2018). El origen y evolución de los vampiros: monstruos de la fantasía. [Documento en línea] Disponible:
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68482018000200039 Consulta: 01-08-2021.
Mejía José J., Jaramillo; Gilberto, Gómez; Luis F.; Jaramillo, María A. y Caballero, Dayana (2020). Porfirias agudas: manifestaciones inespecíficas y manejo terapéutico específico. [Documento en línea] Disponible: https://revistas.fucsalud.edu.co/index.php/repertorio/article/view/886/1169 Consulta: 01-08-2021-
Zerpa, Carlos (1999). Sed de sangre. Etica y estética de la sangre. Mérida (Venezuela): Universidad de Los Andes.
Fuente de las imágenes
https://pixabay.com/es/illustrations/g%c3%b3tico-fantas%c3%ada-oscuro-vampiros-1482950/
https://pixabay.com/es/illustrations/vampiro-horror-sangre-dracula-626369/
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