Cuando a veces por las noches no puedo dormir, tengo la pésima costumbre de ponerme a pensar. Se por experiencia que no es buena idea, porque hasta ahora no me ha dejado nada bueno, pero insisto en el error...
En ese elucubrar nocturno, he pensado en cosas como Dios y los castigos, como cristiana irredenta, es un tema que me interesa, pero mi punto de vista creo que no es muy bien visto por los líderes de la iglesia, porque cuando pienso en los castigos de Adán y Eva por su pecado de desobediencia, creo que nos echaron tremendo cuento, porque no concuerda con la realidad. Y de allí el título, porque creo que hubo una trampa en la cuestión. Les explico mi punto de vista.
Al tipo (Adan) lo castigan con trabajo: Ganarás el pan con el sudor de tu frente!!! Y a la mujer (esa bandida de la Eva que nos echó el carro) la castigan con dolor: Parirás a tus hijos con dolor.
Y he aquí la trampa: Cuántos hombres tienen un empleo que aman y disfrutan hacer cada día ? Mi esposo, por ejemplo, amó más su trabajo que a mi. Sin contar con el beneficio de mantenerlos lejos de aquellas cuaimas fastidiosas que son sus esposas.
En cuanto a parir hijos, nadie duda que duele y en ocasiones hasta la vida corre peligro, pero nadie puede discutirme el hecho de que en el momento en que te ponen aquel muchacho en los brazos, se te olvida dolor, peligro, gastos médicos, herida (si fue cesárea) y lo único que haces es derretirte de amor y pensar que valió la pena todo. Ademas de que el dolor dura un ratito pero a tu hijo, con suerte, lo tendrás toda la vida.
Y aquí viene el tema de la trampa...si los castigos no lo son tanto, cual fue el verdadero castigo? Ya cayeron??? Aun no? Se los digo: el matrimonio!!!! No digo que algunos hombres se han topado con esos demonios con faldas que les hacen la vida de cuadritos, pero creo que hay una muy superior cifra femenina que por lo menos una vez en su trayecto matrimonial ha pensado en como asesinar a su esposo y que parezca un accidente, porque tendríamos que estar casadas con uno de esos extraterrestres infiltrados en la humanidad o con un hijo de madres solas, que se crían un poco más sensibles en ocasiones, para no pensar que estarías mejor soltera, sobre todo cuando tu consorte es de aquellos que piensan que deberíamos llevar el anillo en la nariz y no en el dedo. No creo que exista una sola mujer casada que no haya pensado alguna vez: quien me mandaría a mi a echarme esta broma.
Y se explica entonces la cuestión de los castigos. Como Dios es Amor y no le gusta hacernos daño, dejó que nosotros mismos nos castigáramos, porque aquí no hay pretexto, en vista de que no podemos culpar a nadie, porque al espécimen lo escogimos nosotros mismos.
En el tema del matrimonio, hay mucha tela para cortar, así que no descarto volver al tema..tengo muchas experiencias que les pueden servir de advertencia a las incautas víctimas de esa trampa.
que buen post, te sigo
Gracias, nos leemos...