Tus manos chocando con las mías se vuelven un recuerdo que descansa en cada pliegue de mi piel y alimenta un encuentro celestial.
Apetito de tu voz, de tu boca, de tus mandíbulas chocando con las fronteras de mi cuello; y te llenas de mis sabores sin imaginar que en algún momento este gusto pasará desapercibido.
Permanecemos en la espera de otro encuentro fantasmal, donde todo permanece muerto y solo revive por el roce de nuestros estímulos carnales.
Esperanza de resurrección es lo que habita cada vez que nuestro dialogo es delineado por una memoria en común.
Dolor de alta gracia.
Suspiros de nostalgia pasajera.
¿Qué queda cuando lo que esta presente solo es un espejismo sin convicciones? Lo que fue no se repite, se va oxidando en una esquina del corazón, donde permanecen esos muertos en vida que se alimentan de nuestras tristezas.
El recuerdo ha caducado y con el miles de reflexiones creadas en nuestra dinámica de dos, solo quedan viejas fotografías que permanecen inmóviles en alguna zona escondida para el ojo público.
Seguiremos arañando nuestras sombras y buscando compañeros para la soledad; finalmente será otra persona la que encaje y reviva finalmente el deseo que algún día murió fulminante.
Está muy lindo, Mavi! O al menos a mí, me inspiró un poco jajaja. Qué bueno tenerte por aquí de nuevo. Saludos!
Gracias Johanito, si que tenia tiempo sin escribir, genial que te inspire, que bueno <3