Ha llovido tanto
se me han roto los zapatos
y la sombrilla aún resiste,
charcos y luz argenta
acompañan mis pasos.
Tiempo, el tiempo
también, respira a mi lado
al compás de mi corazón.
Y aún soy la niña famélica y torpe
aunque los minutos engullan mis células
aún soy la misma
que corrió por solitarias avenidas al amanecer.
Ha llovido
aún llueve
lloverá
en esta olvidada ciudad
poblada de recuerdos dulces
que se pasean evadiendo los pozos de sal.
He sido
Soy
Seré
Aún, aquí y ahora
en medio de estas calles
arropada por la lluvia
perdida en el tiempo
y embriagada de eternidad.