Llevamos varios días con interrupciones de energía eléctrica. Los pocos comunicados oficiales -técnicos por demás- los atribuyen a la sequía por el verano, consecuencia de esto se quemó una bomba de la planta de Bombeo de Aguas de Mérida, por esta razón y por la interrupción constante del fluido eléctrico: no hay suministro de agua en gran parte de la ciudad.
Dos semanas sin gas. Internet, ni hablar. Entonces... Tú me dirás...
Aunque insisto en no presumir de mis tragedias, un día de descanso como hoy domingo, hemos tenido que ver cómo resolvemos.
Bañarnos donde Mamá, comer allí, buscar el agua que podamos, llamar el camión cisterna de Aguas de Mérida para que asista nuestra residencia.
Llegamos a casa con impotencia.
Los servicios colapsados son reflejo de que en tiempos de bonanza no se atendieron como se debió.
Y aún hay personas que aplauden el modelo que nos ha gobernado, que lo que sí nos dejó fue bolsillos repletos de los llamados enchufado y una crisis que ni el gobierno sabe cómo palearla. Soluciones deben haberlas, hay personas que día a día hacen su mayor esfuerzo desde su trinchera.
El país reclama un cambio.
Berta Ramirez - Marzo 2018