Anoche cuando estábamos terminando de cenar, Luna, el gato de la casa apareció en la cocina con una mini serpiente.
Yo, que no estoy acostumbrada a estas cosas, al principio no daba crédito.
El padre rápidamente sacó la serpiente al jardín y allí estuvo el gato jugueteando con ella hasta que nos fuimos a dormir.
Esta mañana, lo primero que he hecho ha sido buscar algún rastro del bichejo. No puedo remediarlo, me da un asco horroroso. Si llego a encontrármelo yo, mi grito se hubiese oído en todo el barrio.
Imagino que los que vivís más en contacto con el campo, habréis tenido experiencias parecidas.
¿Os ha entrado en casa alguna vez un bicho?
Pero comprale un peluche a ese gato, jejeje