Tampoco recuerdo ese sonido incesante, seco y malogrado de tambores de guerra alcanzando la puerta de mi conciencia.
La muerte llora la desvirtuación de su empresa, la hoz no cae certera sobre quien debe, y la vida no vuelve bajo ninguna plegaria
Cada golpe y cada grito envuelven las coronas de negro, que rebosantes de vino, o mejor dicho de ron, hacen de la diplomacia, corrupción.
Somos víctimas de piratas del sentido común.
Que solo roban sueños en un mar de oro negro que nos pertenece a “todos”
hay un concurso de relatos... deberias participar!
Where? :)
mar de oro negro = petróleo?
Exactamente.