“Cuando tu aprendes a dejar de ver la enfermedad es cuando puedes ver al niño, la energía, el amor que transmite con una de sus sonrisas, sientes como te transforma, porque en verdad creces como persona, te das cuenta que aunque las jornadas de los niños pueden llegar a ser muy fuertes, es impresionante ver el entusiasmo con el que las niñas y los niños se integran y participan, su voluntad nos enseña que cualquier adversidad se puede enfrentar y en algunos casos se hace más llevadero si compartes con tus seres queridos, lo más importante en la vida, sentir y vivir”