Gracias por recordarme y mostrame ese noble afecto que sé que me tienes. Un abrazo.Me han llegado profundamente las palabras de tu emotivo post, querida @solperez. En verdad, es muy doloroso jubilarse de mi universidad en estas condiciones; no tanto por las disminuidas posibilidades económicas con las que nos retiramos, sino, sobre todo, por experimentar la destrucción a la que ha sido llevada. Como escribí en un artículo hace algún tiempo, cuando todavía no habíamos llegado a esa dura realidad de "tierra arrasada", fuimos sacados de la universidad como la pareja protagonista del cuento"Casa tomada" de Julio Cortázar. Nuestro espacio vital, de hondas raíces en nuestra alma, ha quedado, como muestras en esa segunda foto, en la triste aridez; es casi una ciudad en ruinas como las que vemos producto de las guerras en Afganistán, Siria... Quiero mantener no sé si la esperanza, que tanto nuestra universidad como el país saldrán de esta terrible pesadilla, y volveremos a ser la "Casa más alta", y entonces nuestro espíritu renacerá también.