Un anime de romance como pocos. Generalmente cuando pensamos en un anime de romance, lo primero que viene a la mente son las decenas y decenas de series donde hay una protagonista inocente y un chico cool que sacará su lado más tierno después de conocer a la chica en cuestión. Todo bastante estereotipado. Hay casos resaltantes, pero estos casos generalmente existen para favorecer el factor comedia, como por ejemplo en Toradora.
La serie de anime que se aborda ahora es especial, pues va en clave dramática, y aún así destruye los estereotipos de series de romance tornándose en un ejemplo mucho más serio, y en especial maduro, de este género, ofreciéndonos así un anime que cualquiera puede disfrutar así le haga malas caras a este estilo de series.
Aquí los protagonistas son una chica y un chico bastante populares que salen juntos desde hace un tiempo y son la envidia de su escuela. Todos los ven como la pareja perfecta, pero en realidad estos no están enamorados el uno del otro, sino que gustan de otras personas: la chica, Hanabi, está enamorada de su amigo de la infancia y actualmente su propio profesor, y el chico, Mugi, está enamorado de su antigua tutora y ahora también profesora. El caso es que ambos están juntos por el simple hecho de que pueden complacerse sexualmente... hasta cierto punto, considerando que no tienen relaciones sexuales en el sentido tradicional pero si se complacen lo suficiente como para tolerar el no estar con el verdadero objeto de sus deseos.
Sin caer en spoilers, Kuzu no Honkai profundiza en los deseos sexuales. Qué conduce a una persona a tener relaciones, ya sean los meros deseos, el aburrimiento, el amor. Estos personajes madurarán a medida que cometan errores y experimenten. La serie cuenta con dos tipos de escenas principalmente: las escenas de introspección y las escenas sexuales.
Las de introspección son bastante surreales y son ricas en simbolismos e imaginería. Son un deleite en cuanto al guión y en cuanto a su estética. Pueden tornarse algo lentas, así que recomiendo la serie para quienes no busquen una serie trepidante, sino una reflexiva y lenta.
Las escenas sexuales no son demasiado explícitas. No hay necesidad de sombras ni luces. Hay desnudo parcial pero nada que pueda entrar en el terreno del hentai. Además estos momentos suelen estar marcados también por la introspección de los participantes o de alguno de ellos, o al menos muestra ciertas actitudes de los mismos o los desarrolla en cuanto a su carácter. A pesar de lo muy justificadas de estas escenas (las cuales están dirigidas de manera bastante realista y acorde a las diferencias de cada uno de los personajes), si no estás acostumbrado, quizás pueden generar cierto choque. Sin embargo, repito, las escenas son totalmente justificables y enriquecen los temas principales explorados.
En resumen, la serie se sale de lo común, pero no solo por impresionar. Se sale de lo común porque se toma en serio un aspecto algo tabú en las series de romance: el sexo. La manera de abordarlo es bastante interesante y madura lo que hace de toda la experiencia algo que vale la pena. El único contra posible es que puede volverse algo lenta en momentos.
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