Anécdota de un borracho el 14 de febrero

in #cervantes7 years ago

Todo comenzó un 14 de febrero, ya veníamos de pasar unas navidades terribles debido a la fuerte crisis generada por nuestros gobernantes, en Caracas las colas se podían ver hasta donde se perdía la vista, la falta de efectivo hacia que todo fuera tedioso y molesto, hasta lo más sencillo como comprar un caramelo.

Los primeros días de enero las cosas desde mi punto de vista iban de mal en peor, pues durante los primeros días de febrero todo parecía agobiante, era como si Caracas padeciera una fuerte metástasis que iba degenerando en todos los sentidos la ciudad, cada día que pasaba todo empeoraba, usar el transporte público, salir a comprar pan, la tensión en las calles hacía parecer que todos en la ciudad tuviesen como ganas de pelear, predominaba un notable comportamiento arisco entre los habitantes de la ciudad.

Ese día mientras regresaba a casa algo obstinado por qué debía ir en el metro transporte subterráneo, no podía evitar quitarle la mirada a algunas parejas, los veía besarse, compartir y demostrarse amor en los vagones del metro, podía observarlos mientras se miraban a los ojos como si no les afligía nada de lo que sucedía alrededor, nada los incapacitaba de quererse y pasarla bien a pesar de la infernal rutina.
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Minutos antes de haber tomado el metro estaba en la universidad, había compartido con algunos compañeros que celebraban dicho día, distintas planchas que hacen vida política en la escuela crearon un lindo ambiente en el campus para hacer roce social con los estudiantes, el amor y la amistad estaban en el aire, ese día me regalaron preservativos y hasta una compañera me obsequió un chocolate que no esperaba, la estaba pasando medianamente bien conversaba con algunos compañeros, pero comenzaba a sentirme ansioso, así que me fui de la universidad antes de la última hora de clase.

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Saliendo del metro y llegando a el feo estacionamiento de las residencias en donde solía vivir ya estaban allí unos amigos celebrando el día del amor y la amistad, era un día de semana y tenían una botella de anís Cartujo así que me quedé allí tomando con ellos.

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Pasaban los minutos entre tragos, para cuando miro mi reloj eran las 11 pm y yo seguía allí eufórico, no tenía ganas de dormir, solo quería seguir tomando hasta olvidarme de todo, ya se terminaba el alcohol así que entre todos sacamos de nuestros bolsillos algo de dinero para continuar con la celebración luego de haber recolectado lo de la próxima botella con nuestra devaluada moneda, pues ahora solo faltaba quien estuviese dispuesto a ir a comprar otra botella en algún sitio, se había ofrecido un tipo al que llamamos Mc Gregor, el había llegado tarde y quería continuar allí celebrando, había sugerido ir en una moto para ir más rápido. En ese momento todos los presentes estaban bajo los efectos del alcohol.

Mc Gregor hace un tiempo había tenido un incidente casi fatal en una moto y tal vez tenía mucho tiempo sin manejar, aún así le di las llaves de mi moto, yo mismo busque la moto y se la entregué, el se montó en la moto, la prendió sin problemas y justo antes de salir del portón del estacionamiento se cayo de ella, nada grave le había ocurrido pero le costó levantarse del asfalto.
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Luego me encontraba yo viendo a los lados a ver quién era capaz de ir al cerro y bajar con la botella, era normal que nadie tuviese la disposición a no ser de que fueran la última alternativa, pues decidí ir yo con Mc Gregor aún estando consciente de que me encontraba tremendamente ebrio, así que me aventuré a pesar de mi terrible grado de embriaguez, tome la moto y fuimos a comprar la botella subimos sin problemas, llegando a el sitio en donde compraríamos la botella frene sobre una alcantarilla mojada y perdí el control de la moto estrellándome con un poste, cayendo de la moto.

Me había lesionado al punto de no poder apoyar mi pie izquierdo, por suerte solo se trataba de un esguince de segundo grado que en el momento no lo sabía.

El rin delantero de la moto había quedado ondulado, el manubrio se había doblado y yo apenas podía estar de píe, mientras me recuperaba de la caída, pasaron unos 5 minutos y se acercó a mí el Gago, uno de mis conocidos allí en El barrio, tomó el manubrio de la moto firmemente y con el pie logró enderezar el rin.

Como pude me devolví al estacionamiento manejando, Mc Gregor había decidido regresarse a pie, luego de llegar mientras me quejába y lloraba del dolor, continuamos tomando y charlando hasta las 3 am más o menos, despues me ayudaron a subir mis amigos a mi apartamento, en donde me estaba quedando solo esa semana.

Ya había amanecido y tenía tremenda resaca, no tenía ni la menor intención de ir al médico a ver si era grave la lesión que tenía, mi pie se veía muy hinchado parecía una pata de elefante, además de tener algunos raspones.

No tenía un seguro médico, ni ganas de ir a un hospital, así que estuve encerrado 5 días hasta que decidí ir al médico en el clínico, el hospital universitario, pues la verdad detesto ir al doctor.

Todo seguía igual de caótico y para mi desgracia ahora yo estaba lesionado, dependía de unas muletas para medio moverme, recuerdo que las escaleras mecánicas del subterráneo (el metro) no funcionaban, los autobuses siempre estaban llenísimos de gente, hasta me tocó ir y hacer distintas diligencias en esa condición, recuerdo haberme ido guindando en la puerta de entrada del autobús con muletas en mano, así al mejor estilo guerrero ninja americano pero lisiado.

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Me dieron reposo por varios días, tiempo que me sirvió para meditar, durante esos días no podía dejar de pensar en por qué aún no conseguía a esa chica que al mirarla a sus ojos me diera esa calma que quería en mi vida, la necesitaba, me preguntaba una y otra vez por qué no me ocurría, no reconocía si eran fracasos o simplemente amor no correspondido mis intentos por enamorarme.

Recordar todo el tema me tenía afligido, pues ese 14 de febrero no dejaba de pensar en esa chica que deseaba que me amara como yo la amaría, estaba desenfocado, esa idea era de mis pensamientos más recurrentes, esa tranquilidad que veía en las parejas de los vagones del metro que yo quería experimentar que aún a mis 26 años nunca había sentido ese sentimiento recíproco que es real, hasta podía soñar con ella durante esos días.

Era yo y mi soledad que me consumía, no estaba tan solo en realidad me acompañaba una terrible ansiedad y depresión.

Durante los días que estuve de reposo no tenía otra opción que pensar y pensar. ¿Que errores había cometido?. Ya había idealizado a una que otra chama pero sin saber si era mutuo y verdadero, me preguntaba por qué yo no tenía a un chica que quisiera pasar tiempo conmigo?.

Beber y fumar mota no sería la solución, pues claramente yo estaba solo por mi forma de ser y el amor llega cuando menos lo esperas solo debes aceptarlo yo hasta parecía desesperado, el amor no te cambia. Aun espero que llegue esa mujer que al mirarnos al los ojos ambos tendremos esa serenidad que brinda el amor verdadero, me propondré conquistarla...

Les deseo un feliz día de san Valentín...

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excelente anecdota man, lo importante es que estas vivo despues de ese descuido jajaja, PD: te fajaste editando ese monton de fotos jajaja

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Pasé a curiosear por aquí y me encuentro esta joya. Jajajajajajajajaja, creo que todos hemos vivido experiencias similares con el alcohol, pero definitivamente a ti te gusta la adrenalina 😂

Será que si?. Jajaja pienso que apesta mi redacción, pero estoy trabajando en eso. Pendiente!... ;)