Una vez, en clase de psicología, le pidieron a un joven estudiante que describiera cómo era para él una relación de pareja y luego de pensar un buen rato, dio su larga explicación…
– Yo opino que una relación de pareja se puede comparar perfectamente con un videojuego, en tal videojuego hay seis personajes diferentes y el objetivo de cada uno es acabar con el resto para así resultar ganador, cada uno de estos personajes tiene una habilidad o debilidad… El amor, por ejemplo, va aumentando de tamaño progresivamente; la ilusión tiene la debilidad de ver cosas donde probablemente no las hay, esto hace que le cueste centrarse; la felicidad por su parte, es cobarde, pues solo aparece cuando todo está en calma, la tristeza tiene el poder de nunca desaparecer del todo, cuando menos te lo esperas, vuelve a hacer de las suyas; los problemas se multiplican si no les prestas atención, la indiferencia solo es algo que los alimenta y estos se van haciendo cada vez más difíciles de solucionar.
Todos en la clase estaban confundidos, pues aún no entendían a lo que el chico se refería, éste al ver que todos estaban extrañados, prosiguió con su explicación.
– Entonces, como buenos estrategas en un combate, cada personaje busca hacer equipo con quien creen son los más fuertes de la batalla, es así como el amor, la ilusión y la felicidad se alían en contra de la tristeza, los problemas y la indiferencia… Los tres primeros, o para ser más preciosos, el amor y la ilusión, son manejados por el par que conforme la pareja, la felicidad vendría siendo la recompensa que obtienen por mantener las cosas en paz, el resto de los personajes son manejados por el destino, por esta razón nunca se sabe quién atacará al primero.
…
– Por mucho tiempo, todo estará en calma entre los dos, hasta qué “Los problemas” sean los primeros en atacar, entonces la felicidad, por ser inofensiva, desaparece de la contienda, dejando a sus compañeros de equipo en clara desventaja, poco a poco la indiferencia entre la pareja va provocando que la ilusión se debilite y que el amor vaya perdiendo tamaño.
– La ilusión ya sin fuerzas, es vencida por la indiferencia y si la ilusión muere en una relación, ya no hay vuelta atrás… Y al final, si no se sabe sobrellevar la partida, el claro ganador es el destino, los problemas desaparecerán, pues no tendrán a quien molestar, la indiferencia ya no importará y la tristeza, que actúa en la batalla como una bomba de tiempo, va ganando fuerzas para hacer su estallido al final, y acabar con todo a tu paso.
– Eso es una relación de pareja, una partida de videojuegos, deben saber actuar en equipo, el uno para y con el otro, sin dejarse llevar por los problemas, sin dejar que las ganas de ser indiferentes con el otro los invada, y luchando porque todo esté tranquilo, para que puedan ser felices.
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