Personalmente pienso que es más factible tratar un tema tan controversial como éste si lo alejamos de las generalizaciones. Es complicado tomar partido cuando las condiciones de cada vida varían tanto. Es igual que el tema de la eutanasia, pues eso depende de cada caso, más sería una cuestión de humanizar las leyes que de imponerlas por igual a todo el mundo sin mayor consideración.
Volviendo al tema del suicidio, creo que ese valor que hay que tener para apretar un gatillo o cortarse las muñecas es producto de una pequeña esperanza de hacer que el dolor desaparezca, producto del hastío de vivir en ese dolor. Pasar una vida entera sufriendo o verse sometido de manera abrupta a cuotas extremas de dolor es muy difícil de sobrellevar, y el deseo de huir de eso es tan válido como el deseo de sobrevivir. Al final, ¿quién puede más? Depende, de cada caso y de cada quien.
Cuando, en el post, se habla de "la particularidad de cada caso" y se expresa que "por supuesto que cada caso es diferente", precisamente busca resaltar eso: la no generalización. También se deja claro que el tema es mucho más complejo y amplio de lo que puede contener la publicación. Es interesante esa perspectiva de la esperanza de desaparición del dolor como raíz del valor en el instante definitivo.
Saludos, gracias por leerme y dejar tu aporte en un comentario.