No conozco su nombre. Apenas vio la cámara que se acercaba salto de la banqueta y se perdió entre los armazones de hierro sembrados en la Plaza Baralt. Es un muchacho, unos veintisiete años calculo. Algunas de las personas que hacen vida en la plaza me explicaron que él siempre amanece en alguna de las bancas, o, frente a los locales. Todo depende de dónde se sienta más cómodo en el momento.
Alguien le tiende la mano, la señora que lo acompaña en la foto es dueña de uno de los locales, ella ―no tengo su nombre, tampoco me intereso preguntarlo―, después de hacer la foto, me explicó que todos los comerciantes de la plaza, o casi todos, le tienden una mano al joven. Le dan de comer, de beber y muchas veces lo aconsejan y acompañan en una parte de la travesía, sólo en una parte.
La postal de hoy:
Me descubre ese lado generoso que nos representa como individuos. Ese espíritu que nos caracteriza como un pueblo, que a pesar de lo que pase, mantiene la voluntad de seguir adelante con una sonrisa y con el ánimo de ayudar al otro sin mirar a los lados.
TEXTO Y FOTOGRAFÍA | CÁMARA |
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José Ángel Núñez | HP CB350 |
Hoy es cuando más solidarios y unidos debemos ser, gracias por recordarlo.