Cuando Pablo Picasso cumplió 19 años, decidió probar suerte en París. Era el momento de emprender el camino hacia la fama y la fortuna, y sólo podía lograrlo en la capital del arte, en aquél entonces, el lugar de los artistas más populares.
Picasso emigró de Málaga con un amigo, no tenía dinero para comprar telas, pasó hambre y frío, pero confiaba en sí mismo, y no paraba de trabajar. Los amigos y artistas de la época vieron el resultado de todo ese trabajo constante, y de todo ese sacrificio: Picasso se convirtió en el emblema de la pintura moderna, sus cuadros se venden por millones de dólares, y su fama llegó a todos los rincones del mundo.
Como dice Picasso la inspiración existe pero te debe encontrar trabajando. La buena suerte no es el factor más determinante, es la constancia, mantenerse en la lucha por tus metas a pesar de las vicisitudes. Tu trabajo será compensado en la proporción de tu esfuerzo, y a medida que crezcas verás el resultado, y tendrás que cosechar lo que sembraste.
No es la falta de talento, ni la falta de suerte, es la falta de constancia lo que muchas veces no nos permite avanzar. Debemos estar preparados para el rechazo, pues como dijo un hombre sabio el fracaso es la base del éxito.
Intentarlo una y otra vez es el mantra de los que triunfan, esta práctica fortalece la voluntad llevándonos hacia el objetivo anhelado. Cada obstáculo debe verse como la oportunidad de trabajar más duro, pues cuando viene alguna dificultad eso nos obliga a esforzarnos el doble.
En la comodidad no ha nacido ningún genio, todo lo contrario. La mediocridad surge de la zona de confort, pero los más bellos poemas nacen de las tormentas. Un entorno difícil es un caldo de cultivo para genios, pues en las circunstancias más difíciles, hay que inventar una manera de sobrevivir. Pero un impulso más intenso que sobrevivir, es vivir.
Debemos encontrar aquello por lo que abandonaríamos nuestras comodidades, porque eso es vivir. Sobrevivir es volverse un conformista, atrapado en una rutina que da dolor de cabeza. Nosotros queremos vivir, y eso significa arriesgarse para llegar más lejos.
La libertad se consigue en esto, no importa cuántas personas se opongan, tus convicciones tienen que ser inamovibles, nadie me te hará cambiar de opinión, de esa forma alcanzarás tu deseo, y tendrás que trabajar con intensidad para conseguirlo.