Sinceramente.. Pensé, ¡oh, vacaciones!
Y la verdad, al principio se sintió bien, libertad, ya no más ir a trabajar, ya no más rutina.
Pero todo es muy distinto.
Cada vez me aburro más, no tengo a donde ir, no tengo para pagar el alquiler de mi habitación, la comida se está acabando.
Necesito regresar al trabajo.
Nadie valora realnente algo hasta que comienza a necesitarlo. Y ahora soy yo quien necesita volver a trabajar..
La vida de quien emigra no es nada fácil.