De entrada gracias, gracias, muchas gracias a todos aquellos que de una u otra forma están preocupados y ocupados por lo que pasa en el país, es innegable la cantidad de muestras de amor, buenos deseos y solidaridad que muchas personas y organizaciones locales y del extranjero tienen para con los venezolanos, en especial con los millones de empobrecidos que este régimen ha ido sembrado con éxito. Nunca los empobrecidos habían sido tantos, y no hablo de pobres sino de empobrecidos porque son millones los que se han empobrecido no solo a nivel económico sino a nivel cultural y social. Así lo evidencia la última Encuesta de Condiciones de Vida ENCOVI hecha por las tres universidades de mayor credibilidad en el país, USB, UCV; UCAB.
En Venezuela no basta hablar de solidaridad, hay que hablar sobre todo de fraternidad, en política este último es un concepto poco trabajado y desarrollado. Luego de la Revolución Francesa la libertad y la igualdad fueron ideas altamente trabajadas tanto a nivel teórico como en criterio de evaluación de los gobiernos a nivel mundial, sin embargo, la fraternidad quedó como reservado al campo de lo privado o relegado al vocablo religioso.
En Venezuela vivimos muchos gestos de solidaridad pero nos hace falta ser fraternos, la solidaridad muchas veces tiene que ver con “dar algo” la fraternidad tienen que ver con “darse uno mismo”. La fraternidad reconoce al otro no como necesitado, sino como mi hermano-necesitado, tal así que la fraternidad es capaz de decir del otro que es mi hermano-enemigo, osea que a pesar de sus faltas no deja de ser mi hermano, mi hermano-equivocado, mi hermano-solidario son categorías o paradigmas que sólo el camino de la fraternidad puede hacer evocar. Además que la fraternidad como horizonte de la acción humana y política, será la única capaz de lograr la reconstrucción del país, no será sólo el horizonte de la solidaridad, la solidaridad tiene en muchos casos la limitación de ser coyuntural y transitoria, la fraternidad es más permanente y más fuerte.
La fraternidad es la puerta de una verdadera solidaridad, cosa que no pasa al contrario. La solidaridad puede ser por una cuestión asistencial, transitoria o para “lavarme la cara”, la fraternidad es capaz de dar sin mirar a quien. La fraternidad en Venezuela es la única que puede crear puentes de diálogo entre un sector y otro. Los fracasos en los diálogos se deben, a mi modo de ver, a que no se han sentado con actitud fraterna, sino actitud de guerreros, de luchadores, con una visión del otro como perdedor. Ojalá podamos ser nosotros como venezolanos más fraternos los unos con los otros, que podamos reconocer en el otro, el rostro de mi hermano con el cual puedo construir un nuevo país, una nueva sociedad.
¡De acuerdo contigo, @erikabriceno! De hecho, creo que estos momentos coyunturales que atravesamos en nuestro país y que la solidaridad ha estado galopante en todos los aspectos, es una lección para todos. La fraternidad debe ser eterna, bien lo has dicho. Nunca debemos olvidarnos del hermano, del vecino, del que tenemos al lado y al otro extremo.
En Vzla uno de los problemas es que nos vemos como enemigos esto hace más complejo cualquier solución pacífica.
Excelente reflexión no olvidar que somos uno encarnado en el otro, que el otro es el reflejo de lo que somos también, que amamos através del otros. Saludos.
En Venezuela estamos viviendo que el otro sino piensa como yo es mi enemigo, justo esto es todo lo contrario al paradigma de la fraternidad política.
No sé si la fraternidad por sí sola sea capaz de reconstruir el país, pero sí creo que ayuda mucho a resistir.
Me gusta mucho esa palabra: "resistencia", pues a mi juicio no se trata de hacer barricadas o lanzar molotovs contra los guardias, sino más bien mantenerse lo más ético, amable, saludable mentalmente, responsable, siempre dispuesto a ayudar, y no a quejarse tanto. Demostrarle a la dictadura que a pesar de todo no nos ha vencido, ni le será tan fácil hacerlo.
Y en eso tiene mucho que ver la fraternidad.
Por cierto, gracias por explicar la diferencia entre fraternidad y solidaridad. No la sabía.
la fraternidad nunca viene sola, la fraternidad trae reconocimiento, justicia, capacidad de escucha, paciencia... por eso decimos que no es lo mismo hablar de enemigo que de mi hermano-enemigo, no deja de ser mi hermano a pesar de...
Para las dictaduras es mas facil ser solidarios que hermano. la fraternidad incomoda la solidaridad no le molesta a nadie
Y a veces a las dictaduras no les interesa ni ser solidarios, como es el caso de Venezuela.
Me gusta la idea esencial que transmites. Me encantó el título, porque economistas dicen que ahora es momento de hacer redes de solidaridad: darse la cola rotativamente al trabajo y la escuela de los niños, por ejemplo. Sin embargo, no comulgo con la idea del hermano-enemigo o hermano-equivocado sino con lo que dice Mandela: "un enemigo se convierte en compañero en lo que te pones a trabajar con él" y lo que equivocado podría ser impreciso: ¿es que diferimos en parte de sus opiniones o lo calificamos como persona por esas?
Gracias mi pana, que bueno que difieras entre las cosas que me desesperan de esta red es que casi que nadie se contradice ni muestras desacuerdos, mira la idea de hermano está presente en casi todas las culturas y sobre todo en la semita, pensamos que el enemigo no deja de ser hermano aunque sea enemigo, desde este paradigma entonces el enemigo no se ignora ni se busca su anulación, al contrario cuando digo mi hermano enemigo digo que tengo que buscar la forma de rehabilitar la relación y no eliminarlo a el en cuanto el, no se si me doy a entender, 1. partimos del punto en que somos hermanos 2. decimos que la fraternidad es la relación más sublime que podemos tener los humanos entre nosotros 3. primero somos hermanos y luego el resto. 4. A mi hermano-enemigo lo que busco es rehabilitarlo no anularlo. Qué opinas.
Parece que coincide con lo señalé de Mandela: es cambiar de enemigo a compañero. Seguiría insistiendo en que el hermano-equivocado puede entrar en las relaciones personales que tenemos en Venezuela, en las que anulas, odias o desprecias al que opina distinto porque confundes las opiniones con hechos. Me gusta más cómo me lo explicas ahora :D (Sí, en Steemit la gente busca agradar de más...).
Los venezolanos somos solidarios, siempre lo hemos sido, pero unos amigos en el exterior me dicen que son los mismo compatriotas los que le dan la zancadilla a sus paisanos. Me parece raro ese comportamiento, pero bueno hay que estar autoexiliado para sacar sus propias conclusiones.
Gracias Theo, somos solidarios lo que no implica que seamos fraternos, la cultura nos enseña ser solidarios pero la fraternidad nos enseña a ser hermanos y todo lo que esto implica