Los filósofos se preguntan cosas simples pero difíciles de responder, con tal de comprender algo tan complicado como qué es el mundo, nuestra realidad, y en especial, nuestra vida: qué le da significado, qué lo hace hermoso, sus males, y su origen, nuestros orígenes.
Hacen preguntas que cuestionan cada aspecto de tu vida personal, con cruel honestidad y sin importarles que incomodo será: por qué te sientes como te sientes, por qué piensas lo que piensas, y por qué haces lo que haces. Esto será ProVenezuela Digital: Edición Filosofía de la mano de @jc21.ramos
¡Empecemos!
Argumento Teleológico
Imagina que estás caminando por un bosque, sin señales de vida de ningún tipo, y te encuentras con un reloj en el piso. ¿Qué pasaría por tu mente? ¿Pensarías que el reloj apareció ahí de la nada? ¿O verías que es un objeto extremadamente complejo en comparación a lo que encuentras normalmente en la naturaleza? ¿Podrías comparar un reloj con un arból? ¿Pensarías que fue creado por alguien o por la naturaleza? ¿Qué propósito podría tener tal objeto?
En otras palabras, si ves un reloj tirado en el suelo, ¿pensarías que fue creado con un objetivo o que apareció de la nada?
William Paley nos comparó con ese reloj y este fue su argumento para la existencia de Dios. Hoy continuaremos donde nos quedamos la semana pasada, cuando abrimos el tema de la religión. Vimos argumentos buenos y otros no tanto, que intentaban probar la existencia de Dios.
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Busqueda de propósito
Paley partió del quinto argumento de Tomas de Aquino, ese quinto argumento que no tocamos la semana pasada, conocido como el argumento teleológico. Para empezar, teleológico significa orientado hacia un fin, o con un propósito. Por ejemplo, el bus en el que viajas, la computadora desde donde lees, y la cama donde duermes, todos tienen teleologías que podemos fácilmente identificar. De la misma manera que no asumes que el reloj de Paley apareció en el piso por arte de magia (y aun así eso implicaría que técnicamente alguien realizó esa magia, pero ese no es el punto) no asumimos que tu cama y tu computadora aparecieron de la nada. Entonces, el argumento de Paley y Tomás parece bastante convincente aquí, ¿por qué pensamos que nosotros no tenemos un creador también? ¿acaso no es mucha coincidencia nuestra existencia? ¿no es mas probable que tengamos un objetivo como especie?
Si vemos el mundo, es bastante único y complejo. No hemos encontrado vida en ningún planeta que no sea la Tierra y la complejidad de nuestro cerebro y sociedad ha alcanzado niveles de complejidad que no vemos en ningún otro lugar del universo. Desde la manera como funciona nuestro organismo y nuestra sociedad, hasta lo complejo y extraño del mundo animal en general. Siguiendo la analogía de Paley, ¿cómo algo tan complejo puede no tener un diseñador, un creador?
Este argumento es bastante conocido y es de los más famosos entre las religiones judeo-cristiana. Y puede que encuentres el sentido de la vida en él, puede que al ver un bebé recien nacido, una paisaje natural comparable a una obra de arte, o ver la euforia en las caras de los alemanes cuando la caída del muro de Berlín, veas a Dios en esos momentos. Pero el día de hoy debemos tomar nada por sentado y buscarle una explicación satisfactoria todo, y eso incluye a Dios.
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Contraargumentos
Vamos parte por parte ya que el argumento del diseñador tiene varios problemas. Primero, si es cierto que tenemos un diseñador, ¿por qué el producto final salió con tantas fallas? ¿Por qué hay asesinos y violadores? ¿qué objetivo tienen pezones en hombres, los coxis, y que tipo de objetivo puede cumplir mi miopía?... Pues, Paley respondía a este tipo de contraargumentos con un simple, "solo porque no sepamos que hay un propósito no significa que no lo haya". Y si lo pensamos, la verdad no tengo que saber exactamente que hace ese botón extraño en mi lavadora, sé que la lavadora tiene un propósito, sé que tiene un creador, y sé que ese botón debe servir para algo, simplemente no sé para qué.
El problema número dos aparece a raíz del número uno. La analogía que nos dejo Paley, era simple. Vas caminando, encuentras un reloj en el piso, inmediatamente te das cuenta que el reloj no evolucionó de un "reluj-sapiens". Un humano lo creo con un claro objetivo en mente, probablemente saber la hora. Pero ahora Paley nos dice que no tenemos que encontrarle el proposito para que lo tenga, ¿no es una contradicción? Todo su argumento se basa en que al ver al mundo, vemos propósito. Hay aspectos de nuestro mundo que claramente tienen un objetivo, pero otras que no. Desde desastres naturales, guerras, genocidios, y enfermedades, ¿qué propósito tienen?
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¿Quién decide el propósito?
El problema número tres es lo subjetivo que puede ser el propósito. Primero está la meta que quería cumplir el creador del reloj, y luego está el uso que le da el que encuentra el reloj. Él quería saber la hora pero puede que yo lo venda para comprarme una cantidad respetable de galletas, ¿cúal de los dos objetivos es el verdadero? ¿cúal de los dos al final cumplió? Ambos objetivos son posibles, el reloj definitivamente da la hora y generalmente los relojes están en el espectro caro de los accesorios así que no tendría problema en cambiarlo por galletas.
Y de la misma manera que Bertrand Russell se burló del argumento de Parley: si encuentro un Lamborghini en la calle yo podría creer que Dios lo creo con tal objetivo que un pájaro pudiera defecar sobre el y molestar al dueño. Y si yo creo que es así, entonces es así, ya que somos nosotros los que estamos inventando esos propositos, claro, cada uno de nosotros encuentra propositos distintos a los mismos objeto, pero no están en la naturaleza de manera tangible como el agua o un arból y tampoco son verdades abstractas como el teorema de Pitágoras o la formula de Euler que se cumplén no importa quién las vea o donde las veas, nosotros somos los creadores del propósito, no Dios.
Problema número cuatro, la ciencia. Paley colocaba a Dios como la explicación para nuestra existencia y todo lo que nos rodea, pero la 4 principales leyes de la física y la selección natural nos dan una explicación mucho más detallada y fácil de demostrar que Dios, y eso apunta que el rol de un diseñador no sea tan crucial como hace unos siglos.
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Como podrás ver, esos problemas atacan directamente el argumento de Paley, así que se le han dado unos retoques a toda la explicación por algunos filósofos de la era moderna que coincidían con la conclusión de Paley y de Aquino, pero que entendían que esta explicación no era a prueba de balas, entonces dieron un paso atrás y dejaron de hablar de certidumbres y pasaron a hablar de probabilidades. "Es más probable que Dios exista a que no", y esto está basado en la cantidad de factores que movieron la aguja en nuestro favor, factores que no se han dado en ningún otro lugar. Pero el problema sigue, ya que una cosa es decir que cosas hubieran sido distintas y otra muy distinta es decir que la vida no hubiera existido para nada.
Y al final del día, ninguna de estos argumentos prueban la existencia de ese Dios. Pueden ser muchos Dioses que actúan como el panteón griego, puede ser una roca gigante, puede ser un niño en alguna realidad de 5 dimensiones jugando los Sims con algunos bugs (errores) que hacen que hombres tengan pezones, o puede que se refieran a lo que sea que ocurrió antes del Big Bang. Personalmente, me es particularmente bizarro notar como la mayoría de argumentos del día de hoy muestran a Dios como el principal catalizador de nuestra realidad, el que coloco todas las piezas de domino en orden, pero que al parecer, no influye en la gravedad que las hace caer.
David Hume y Fyodor Dostoyevsky en su libro Crimen y Castigo, nos muestran una perspectiva nueva a todo el problema de la existencia de Dios. De manera similar, ambos se preguntan, ¿cómo es posible idolatrar a un Dios que permite tanto mal en el mundo?
La semana que viene tocaremos un tema mucho mas subjetivo que la existencia de Dios, hablaremos de su personalidad.
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