Vivir Dormido

Capitulo 1

Pasando el Tiempo en una Parada de Autobús

Una leve brisa acaricia mi rostro en una calle desolada pero llena de ruido y personas. En un pequeño rincón de una calle ancha hay un lugar especial para esperar al tiempo y verlo pasar. Espero ahí el autobús de las Diez, que me lleva a la rutinaria vida del mundo que nos hemos creado. Hay una persona a mi izquierda y otra a mi derecha, ambos mirando hacia la misma dirección, esperando que se aparezca el transporte que los lleva al trampolín que eligieron para cumplir sus sueños. Mi fantasía es cumplir el mío, me refiero a mi sueño, como todo el mundo… pero ¿de qué vale? Es decir, todo el esfuerzo que debo invertir para cumplir una expectativa ajena a mi verdadera voluntad, pues, mi supuesta voluntad carece de identidad. Esto hace que me pregunte ¿es necesario? ¿No seré nunca un ser completo si no lo consigo? Una fantasía que puedo soñar es todo lo que existe en el descuidado y ambiguo consiente, en la abstracta realidad que nos arropa, en el espectro escurridizo de la identidad, en la casualidad de la cultura cotidiana de una región, orgullosa de lo que seguro ignora, en lo que fue el vacío de mi mente, el vacío que llenaron con etiquetas y confort, un vacío que dicen que puedo llenar con dinero para obtener estatus, respeto y satisfacción, pero… nadie dijo nada de felicidad, todos los que llegan ahí se guardan el verdadero costo del éxito, son muy orgullosos para salir de su papel de gente feliz.

A veces me pregunto ¿Qué vale el dinero? Una vez un anciano dijo que cuando gastas dinero estas gastando tiempo, es lo que inviertes para ganarlo. El dinero vale tiempo y me temo que el tiempo es más valioso. Todos gastamos todo nuestro tiempo en dinero, luego gastamos todo nuestro dinero en bienes y servicios, y cada día es una competencia, la meta es ganar cada vez más, porque siempre hay algo que necesitas comprar. Pero el dinero no compra el tiempo, no hay nada que pueda comprar tiempo. El tiempo es como humo que se desvanece delante de tus ojos, es un suspiro profundo y lento. El dinero se puede materializar en tus sueños, pero la mayoría de ellos son de largo plazo. Todos los sueños valen mucho tiempo.

Continuo esperando aquello que odio en silencio y disimulo, un segundo tras otro, sin detenerse, el tiempo avanza mientras espero. Descubrí que al tiempo no le gusta esperar, sigue su rumbo hacia el infinito sin que nada lo detenga. Millones de billones de segundo se acumulan día tras día, cada vez que respiras, cada vez que piensas, cada vez que tus ojos se cierran, cada vez que pronuncias una palabra, cada vez que lees una línea, cada vez que esperas el autobús en una parada. Somos humo, somos un pequeño destello en el infinito, somos un instante en el curso de la vida, somos el legado infinito de cientos de años de ensayos y errores, somos el pez más grande en el estanque más pequeño, un pez viajando sin rumbo sobre la superficie de lo desconocido en su propia pecera, analizando la vida en la superficie mientras millones de preguntas lo esperan en su hogar. El autobús ha llegado, he esperado con ansias lo de siempre, ya solo queda esperar ser enviado a mi destino, a mi parada final.

Al subir al autobús uno de los hombres que esperaba junto a mi me ha dicho algo que me ha dejado pensando en la dirección que ha tomado mi vida. Me ha dicho:

El suyo llega en cinco minutos, son las nueve y cincuenta y cinco.

Mi reloj esta cinco minutos adelantado, me he dado cuenta que por estar adelantado en el tiempo estuve a punto de tomar el rumbo equivocado. Tal vez hubiese sido lo mejor, pero no, me gusta mi zona de confort, me gusta fingir locura ocasional. Vivir adelantado no significa superioridad, es solo desorden, la superioridad es relativa al ego, y esto último es un importante enemigo de la humanidad. Soy superior por saber esto, soy mejor que tú por enseñártelo, soy demasiado bueno en lo que sé hacer mejor. ¿Sabes algo? Di que eres mejor repetidas veces y vas a creerlo algún día, que alguien diga que eres bueno hará que lo creas en treinta minutos, que las consecuencias demuestren lo que te hicieron creer, modifica el ego a y lo convertirá en arrogancia. Que tiempo después alguien demuestre que estabas equivocado modifica la arrogancia y la convierte en la medicina que necesita la humanidad. No somos superiores, solo somos exploradores en desoladas y antiguas ruinas intentado traducir jeroglíficos para impresionar nuestra tribu. Por desgracias la medicina es la enfermedad. Sigamos en nuestra locura ocasional, disimulemos la absurda realidad.

Le he agradecido al sujeto sentado a mi lado por evitarme una terrible equivocación, ha empezado a hablarme de tonterías para romper la incómoda tensión entre nosotros. Yo lo ignoro disimuladamente, pero él insiste en hablar aunque no tenga nada que decir, el hombre hace tantas cosas sin propósito que me hace pensar en si verdaderamente somos la especie más inteligente, Hablamos sin tener nada que decir, comemos sin tener hambre, bebemos sin tener sed, vivimos sin ningún propósito, teniéndolos en nuestro interior. Sí, yo creo en la humanidad, yo creo en que no estamos aquí por una casualidad, yo creo que tenemos un propósito, pero todos estamos muy ocupados en nuestra propia vida, hemos dibujado fronteras en nuestra vida,”¡que nadie se atreva a pasarla o atacaremos!”, hacemos alianzas con personas que luego nos traicionan, hacemos el bien y el mal siempre y cuando eso no afecte mi vida, todos actuamos de forma individual construyendo el bienestar individual cuando el propósito puede ser construir el bienestar común. Tengo que repetirlo, yo creo en la humanidad, pero, la humanidad no cree en sí misma. El tiempo pasa lentamente.

Me gustaría ganar la lotería – en voz alta lo anuncia a los cuatro vientos esperando una reacción de mí… Lo logra.
Debes pensar que resolvería todos tus problemas si ganas todo ese dinero ¿eh? – sabía cuál iba a ser su respuesta, seria la misma de cualquier persona.
Por supuesto amigo, dime ¿Qué cosa no puede resolver el dinero? – El mundo ha elegido a su dios y le ha dado un cuerpo físico para adorarle.
Disfruta tu día, iré caminando al trabajo. – mentía, solo quería alejarme, solo quería apagar el piloto automático y ser yo mismo. Esta ciudad está llena de pensamientos oscuros, plagada de rencores y ambigüedad, llena de aires de superioridad e intelectualidad tortuosa. Nadie merece respirar, estamos vacios.

En cuanto doy la espalda para alejarme de mi pesada carga, escucho una corneta de autobús. Me rehusaba a voltear, no quería tomar el autobús, solo quiero ser libre. Insiste la corneta del autobús, y pienso en un momento en mi zona de confort. Nada es seguro, pero prefiero creérmelo. Volteo y subo al autobús. Soy un aventurero en mi zona de confort.

El sujeto que estaba a mi lado me mira y se ríe de mí. Está en todo su derecho, me he retractado de mi palabra. Aunque me mienta a mí mismo creyéndome diferente y por encima de todos, soy tan parecido a este mundo como cualquier sujeto que quiera ganarse la lotería. Y en eso, termine recordando que yo había adelantado mi reloj cinco minutos el día anterior, lo hice para salir minutos antes de mi aburrido trabajo y tener una excusa para ausentarme. Alguien dijo una vez que había pasado la mitad de su vida creyendo que había madurado, y que llegando a una edad avanzada, descubrió que nunca había madurado, que solo se había hecho experto en mentir. Así es, soy un experto, soy tan bueno en lo que hago que no necesito ayuda para creerlo. Ya me lo he repetido todas las veces necesarias.

Espera el próximo capitulo muy pronto.