BODEGA LA LOCA (CASOS Y COSAS DE LA VIDA REAL)

in #castellano7 years ago (edited)

La loca Nicolasa, no era tan loca. En torno a ella en la vecindad del barrio La Represa surgieron muchas anécdotas. Frecuentaba bares y pulperías en la llamada antiguamente calle Guárico, sector La Represa de Villa de Cura, estado Aragua en Venezuela. Vivía ella sola en un recueste de la muy conocida “Peña Ñá Cirila”.

En aquellos días en el cruce de la calle Guárico con la calle doctor Urdaneta existió una pulpería de tres puertas de madera a la calle, fundada por don Francisco Martínez, venido de la población de Guardatinajas a la que aun le que queda en pie la fachada.

La loca Nicolasa muchas veces se la daba por frecuentar la pulpería y allí se entregaba a la tertulia y la echadera de broma con el pulpero y su clientela.

Ocurrió que una vez le cayó a don Francisco de sorpresa la inspección de un organismo dependiente del Concejo Municipal del antiguo Distrito Zamora, llamado “Junta Municipal Reguladora”; que se encargaba de regular y vigilar en todo establecimiento comercial los precios de los artículos de mayor consumo, y a la vez se dedicaba a verificar los pesos de reloj, y lo contramarcaban; de manera de evitar que los negocios metieran gato por liebre, es decir que no te fueran a vender 800 gramos en vez de un kilo, como muchas veces ocurre.

El funcionario que fungía de jefe de la comisión inquirió a don Francisco, primeramente preguntándole por el nombre e identificación del negocio; a lo que el comerciante respondió, que a la bodega aun no se le había puesto nombre.

El fiscal insistió en preguntar el nombre, porque era una normativa y un requisito indispensable para cumplir cabalmente con el acta de inspección.

Nicolasa, que por casualidad en ese momento se encontraba ubicada muy cercana de la conversa, recostada al mostrador, peló sus ojos grandotes, dirigió la mirada hacia don Francisco, quien de inmediato, como buen llanero, captó la sugerencia dibujada en los ojos de la loca y enseguida respondió al funcionario municipal:

¡Póngale Bodega La Loca!

Y así fue, con esa nomenclatura, gracias a las peripecias y a la insinuante mirada de Nicolasa La Loca, se llamó la bodega de don Francisco Martínez durante más de 60 años, hasta el día que sus puertas cerraron por la muerte de su dueño.

Sort:  

Hola, esta historia no la sabia y vivo en villa de cura hace muchos años, gracias por compartirla.

tampoco conocia de esa historia, hablarè con el Cronista de la ciudad amigo Antonio Cabanilla para que de mas detalles de la loca Nicolasa...

Amigo angeldeluz369, si consigue más detalles, por favor, publíquelos en steemit para conocimiento de todos. Está interesante. Bonita imagen, oscaroef, una loca bonita. Le voto.

Gracias por los comentarios