Da mucho dolor ver como día a día centenares de familias abandonan nuestro país, desfilan por la Avenida Venezuela con la ilusión de encontrar mejores condiciones fuera de nuestras fronteras y con el alma hecha pedazos pues abandonan a familiares, amigos y todas sus pertenencias dejando atrás a su país que los vio nacer y crecer.

Al que transita todos los días esta vía fácilmente puede observar a familias con 2 o 3 niños desayunando en las aceras, alimentos preparados antes de emprender su viaje pues comprar el desayuno equivaldría a dejar una buena parte del dinero que tienen destinado para poder llegar al destino, la cantidad de maletas que llevan hacen que tengan que contactar a un carretero que las ayude a cruzar el trayecto hasta donde sellan la entrada a Colombia, previamente habiendo pasado por los rigores de sellar la salida de Venezuela que es la parte más engorrosa de este peregrinar, con los cortes diarios de electricidad se ven obligados a dormir en las aceras para poder salir de este trámite legal sin que se queden sin recursos en el intento, pues pasan hasta 2 días sin poder lograr sellar la salida. Y luego las despedidas que entristecen y hacen llorar al mas duro de alma que los pueda estar observando.

La Avenida Venezuela es una de las principales arterias viales de San Antonio del Táchira, antes de que empezara esta marejada de gente a abandonar el país por la crisis social, económica y política que vive el país, era un pueblo tranquilo, donde se observaba el intercambio fronterizo entre ambas naciones, se le decía que era la frontera más viva del país, es el camino obligado de los ciudadanos que huyen de la crisis y que los conduce a Colombia, donde se embarcan a diferentes partes de Ámerica.

Tenemos unas autoridades indolentes que viendo lo que pasa no muestran ninguna intención en resolver la situación mientras cada día que pasa nos hundimos más y más en la crisis. Le pido mucho al Padre, Hijo y Espíritu Santo nos ayude a salir lo más pronto de esta situación.