No basta todo lo que vivimos en este país para que empiecen a suceder más cosas que se sumen a la lista de los motivos para dolores de cabeza. No podemos dejar de pensar. Pensar, bendito proceso mental que me está alterando los nervios.
Nos acostumbramos a estar en casa, a dejar la recreación porque no hay recreación, a salir con el teléfono más pequeño que tenemos, a lucir unos atuendos que no describan mucho lo que hay en nuestra cuenta bancaria porque en los bolsillos ya no hay nada, el efectivo es un nuevo producto que se vende aquí e incluso eso ya lo digerimos.
El miedo me bautizó y no me di cuenta. Nunca me han robado pero cuando te acostumbras a que eso o la muerte son la posibilidad, una moda no tan nueva se hace tendencia viral: el secuestro.
Una de las cosas negativas de mi país es que las modas no son buenas y si estás tranquilo porque no hacen vida por tu sector debes alarmarte porque aquí todas las actividades que conllevan a la maldad se expanden más rápido de lo qué pensamos. Y yo me pregunto ¿qué vamos a hacer? No podemos dejar de salir aunque queramos, los humanos somos seres sociales y tenemos necesidades que cubrir dentro del hogar que están fuera de él. Pero ¿qué debemos hacer? Pareciera que debemos tomar esto como otro reto aparte de los que ya enfrentamos.
Aquí no nos enseñan modas buenas, no aprendemos lo que hacen las modelos de Milán y de hecho hecho no nos interesa porque en nuestra pasarela, llamada calle, nos obligan a voltear a los lados más veces de las que ellas tienen permitido hacerlo, nos obligan a ir a un paso rápido y no tan elegante como el que vemos de ellas y al final, pensar, otra vez el proceso mental, debemos pensar en que vamos a llegar, que estamos con Dios y que nada va a pasar.
¿Curiosa nuestra moda, verdad? Quizás otras generaciones conocen otras y yo también las conozco solo que éstas son las que hacen más tendencia que la de la parrilla en el frente de tu casa o la reunión para jugar dominó, esas modas son buenas y también las extraño.
Extraño sentarme en el frente de la casa de mi abuelo, escuchar sus canciones toda la tarde hasta la noche y no pensar que ese manto oscuro en el cielo aumenta las posibilidades de tener que encerrarnos.
Echo de menos salir con mi mamá a comer donde queramos y pasar un momento juntas en otras cuatro paredes que no sean las del apartamento.
Quiero volver a viajar, quiero conocer todos esos lugares de este país que te enamoran, porque lo hacen y estar en ellos tanto tiempo como para acostumbrarme y no querer volver a casa.
Esto es poco, y nada de esto lo conozco.
Yo quiero saber, quiero recordar, lo que era pasarla bien con esa moda que nos gustaba como regresar de la Gran Sabana.
Ahora tengo miedo de salir sola, no me gusta lo que está pasando, admiro a todos los que se han ido porque se fueron en busca de una de las modas más importantes que parece que nunca va a llegar aquí: la moda del buen futuro.
Sé que solo tenemos el presente pero nos está consumiendo por eso quisiera que fuéramos apoyados en cualquier lugar que vayamos porque no es fácil no estar en nuestra tierra, ya hemos pagado justos por pecadores aquí más de lo que imaginan. Y sé que no todos los que se fueron son unas joyitas pero yo creo en mi gente, la gente que me gusta, la que no sigue modas, sino que es original. Aquellos que crean tendencias buenas y enseñan en otros lugares ese potencial venezolano que aquí no se podía quedar por el momento.
“Estoy orgulloso de ser venezolano y de proyectar el nombre de mi país en el Séptimo Arte. Todos y cada uno de mis reconocimientos es para ustedes, para Venezuela."
Vaya, que bien tener pensamientos buenos también, vienen desde mis recuerdos y de las noticias.
Sin embargo sigo con miedo... El miedo a la moda.
Y este post parece una ola de contradicciones porque hablo del miedo y de lo bello que hay aquí, dentro y fuera, pero es que así voy viendo lo feo, lo bonito. Es como el paseo por la ciudad en las mañanas donde estás viendo unos guardias caminando con delincuentes esposados, sigues el viaje, pasas por el puente sobre los ríos donde se ve la gran ciudad y crees que en todos esos altos edificios hay gente que tiene más que dar, extrañas todo incluso lo que estás viendo y no puedes dejar de verlo. Hoy me sentía como si nunca había salido de mi casa, ni había visto la ciudad, detallando todo lo que me rodeaba y no quiero dejar.
Hermoso! tenemos un país privilegiado, sin duda Dios nos aprecia mucho, tantas cosas para disfrutar, comentar y de sentirnos orgullosos, sin embargo estamos atrapados en nuestra propia casa, no podemos disfrutar de nuestra maravillosa naturaleza, sus paisajes, sus frutos, es contradictorio tenemos tanto y tan poco a la vez.
Así es, todos queremos que deje de ser así. Gracias por tu apoyo siempre.
El país más hermoso con personas plagadas de miedo a la vida. ¿Irónico cierto? Animo... somos fuertes y de una forma u otra saldremos adelante por los que amamos. 💞
Que bella, así es.
muy bonito post... me encanto
Thanks!!
Me encanto... me dejas sin palabras al expresar lo que escribes aquí...
Gracias, mami.
Hermosisimo tu post, tantos paisajes y gente linda que tenemos en nuestro país que no debemos dejar opacar por todas estas modas de mierda.
¡Así es! Que bueno que lo entienden :)
Hermosas tus palabras pues, se sienten que vienen del corazón, de eso que extrañamos todos los venezolanos en estos tiempos. Me tocó vivir otros tiempos hermosos en mi país y, cuando te leo, me siento triste por la juventud, y, que tengan que irse porque aquí no hay futuro. Creo en mi país, más no en la política, creo que en Venezuela, aparte de los que se han ido, aún quedamos muchos de los buenos para dar y sacar a nuestro terruño adelante de esta crisis. Te felicito, me encantó tu post, tienes mi voto y mi gratitud por confirmarme que aún hay mucha juventud hermosa que no se ha ido de aqui, eso, le da esperanzas al futuro . Saludos, te sigo.
Gracias por tus palabras. Arriba los que aun creemos♥
Listo, amigo.