sé el agua que la atrapa y toma de ella el deseo que pedí.
No me pierdas, no me dejes ir,
todavía creo que lo que anhelo puedes cumplir.
te vi brillante uniéndote al mar.
Sonreías mientras ocultábamos el tesoro,
si los niños los encuentran debemos volver a empezar.
no pido que entiendas todo lo que digo,
sé que mi mente no puedes leer,
no tengas miedo, no es la gran cosa,
mis palabras no tienen rumbo fijo.
te enseño como me gusta el café,
respeto el lado que eliges de la cama,
haces fácil que no sienta sed.
aunque si nos recuerdan tampoco lo sentimos.
Yo quiero llenarme ahora de la confianza
esa que se asoma cuando nos desvestimos.
aun nos reflejamos en ella,
viene fuerte y sonante,
limpia como el cristal de la cuna,
donde de noche duermen los dueños de nuestros diamantes.
les contamos de la fuente y lo que escondimos en el mar,
¡Felicidades! ¡Los niños los vieron!
sabía que tú harías mi deseo realidad.
Magia pura en tus palabras!!!
Gracias por tu apoyo siempre.
Un poema muy sutil y delicado, te felicito, estare pendiente de tus escritos, saludos!
Muchas gracias por tu tiempo. También estaré pendiente de los tuyos.
Lindo tu poema, siempre sensible, alcanzas con tus letras el alma de quienes las leemos. Exitos, linda.
GRACIAS♥